Escuelas rurales

Testimonios docentes: La cruda realidad de la educación rural chilena

 Hoy, los docentes se encuentran en tela de juicio, por un lado, las autoridades presionan para reiniciar las clases presenciales en marzo, además, añaden que ellos no quieren trabajar y que desean seguir de vacaciones, por otro lado, han estado sometidos a la opinión pública, recibiendo apoyo de la mayoría de la población.

El reto de las escuelas de lenguaje

Las escuelas de lenguaje son una modalidad de la educación que atiende a niños de 3 a 5 años con trastornos del lenguaje, que necesitan estimulación y ejercicios fonoaudiológicos, además de apoyo de educadoras/es diferenciales. Es una alternativa de educación preescolar, pero con especialistas en el desarrollo adecuado del lenguaje.

La escuela San Nicolás de la VIII región del Bio Bio en Chile, se encuentra en una zona rural y, desde allí, me comentan que “el 95% de los apoderados no tiene internet en sus hogares, ni computador, sólo cuentan con teléfonos para las clases”. Esta situación provocó que la mayoría de los alumnos no tuviera una adecuada estimulación, siendo necesaria para superar su necesidad educativa especial. Los plazos legales de evaluación se modificaron, ya que no estaban las condiciones para citarlos a la escuela. Todo se tuvo que ajustar y adecuar según la situación sanitaria. En este contexto debemos añadir que “son niños preescolares dependientes digitalmente para hacer sus tareas”, por lo que necesitaban que los padres realizaran las actividades con ellos. Por esto los docentes enfatizan en que ha sido un verdadero reto. Los miembros de esta escuela recalcan que es importante volver a clases, pero con las condiciones sanitarias que protejan a los niños y funcionarios del establecimiento.

La odisea de las escuelas rurales

Las escuelas de zonas rurales han sido desplazadas en el tiempo, y mucho más durante este difícil contexto sanitario. Para conocer mejor esta realidad, he conversado con Gonzalo Avendaño Henríquez, Profesor de educación básica en Escuela rural municipal de la comuna de Los Ángeles, VIII región de Chile. Su experiencia representa a muchos establecimientos a lo largo del país, por eso es importante rescatar su testimonio. En cuanto a la organización de las clases, cuenta que “el año pasado fue bastante complicado, nos organizamos a fines de marzo y cada profesor ejecutaba las cosas como podía. En abril, la dirección del establecimiento tomó los lineamientos del currículo. Al inicio se entregaban guías con revisión cada 15 días, pero recién en septiembre vinimos a evaluar, cuando el DEM (dirección de educación municipal) lo pidió a nivel central, todo muy atrasado”.

El contacto y la relación con las familias fue compleja, porque los docentes “utilizábamos WhatsApp, en mayo comenzamos grupos con los apoderados, el trabajo fue muy acotado, había semanas o días que el apoderado no decía nada, dejaba visto el mensaje y no respondían. Había guías que se entregaban vacías, en blanco, tuvimos que tomar esto como retroalimentación. Se decidió no tomar notas, porque había casos complicados”.

Otra de las dificultades que tienen en común muchas escuelas y familias, es la precaria conexión a internet, sobre todo si la población vulnerable que asiste al establecimiento pertenece a zona rural. En relación a este tema, el profesor menciona que “a internet hay acceso, pero escaso. El alumno no respondía en días porque no tenía conexión constante o computador, sólo celular y debían ir a un lugar específico para tener señal. No se pudieron hacer clases por videollamada, por falta de buena conexión”.

Escuelas rurales

En cuanto a la realidad de sus estudiantes, me cuenta que “El apoderado manda a su hijo por cumplir, no es un ente acompañador, la mayoría de ellos ha llegado a sexto básico, son del campo, con una educación machista como costumbre, no los mandan por tener aspiraciones de estudio, son familias vulnerables e incluso los niños comen en la escuela y deben esperar al otro día para comer ahí nuevamente”. Además, recalca que “hubo deserción por trabajo, por ejemplo, de alumnos grandes, porque no es prioridad el estudio, trabajan por un sueldo que a ellos les parece harto y prefieren eso, ha costado mucho trabajo cambiarlo”.

En relación al mandato del MINEDUC (Ministerio de Educación) que decreta el reinicio de clases presenciales en marzo, el profesor Gonzalo Avendaño es enfático en decir que no está de acuerdo, porque “se quiere acortar la jornada y dividir en grupos, ir de a uno al baño…el papel aguanta mucho, nosotros debemos educar al alumno para cumplir las medidas, pero es complejo el uso de mascarillas, entonces no será de un mes para otro, es para largo, en la realidad es difícil y soy pesimista porque conozco a los alumnos, juegan y se molestan entre ellos. Vamos a tener que enseñarles a los niños esta nueva realidad, que ni siquiera conocen. El ministerio se dedicó a los colegios particulares y subvencionados y actuó tarde. Nos dijeron que no se podrían prestar los materiales entre ellos, siendo que la mayoría no tiene y no lleva a la clase. Prima lo económico para usar las escuelas para guarderías, así es visto en chile”.

Pero a pesar de ser un escenario complejo, me comenta que no fue un año perdido, porque “eso sería decir que todo lo que hicimos no sirvió de nada”.

Al analizar estos testimonios que representan a muchos docentes chilenos y de otros países, debemos destacar la entrega y compromiso de los miembros de cada comunidad educativa. Es necesario y urgente la colaboración entre autoridades y aquellos que viven día a día la realidad educativa. Sin esta conexión, será un año donde se repetirán errores ya identificados.


Acerca de la Autora

 

 

 

 

Gabriela Briceño Garay

Titulada con honores en Educación Diferencial (Chile), con Mención en Déficit Intelectual. Dentro de sus especializaciones y experiencias destacan el ser Especialista en Trastornos del Lenguaje y Dificultades del Aprendizaje, Jefatura Técnica Pedagógica y Coordinación de Programas de Integración Escolar, además de contar con un perfeccionamiento en Diseño Universal para el Aprendizaje y en Arteterapia. Actualmente cuenta con un Diplomado (c) en Educación Inclusiva.


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