Es importante que desde pequeños les enseñemos a los niños a conocer y a tomar conciencia de cómo funciona el pensamiento, y ayudarlos a usar estrategias para desarrollar su reflexión.
La importancia de aprender a pensar
La capacidad de aprender a pensar es fundamental, ya que es la base para los nuevos aprendizajes. Desde la educación inicial debe ser primordial entregar estrategias cognitivas con las que los niños puedan manejar sus conocimientos para lograr su propio desarrollo, además, esta capacidad permitirá gestionar y seleccionar la información acorde a lo que se quiere aprender, sobre todo en estos tiempos en donde la información abunda.
Pensamiento visible y rutinas de pensamiento
En 1967 fue creado el proyecto Zero en la Universidad de Harvard, a cargo del filósofo Nelson Goodman y como codirectores (desde 1972 al 2000) estaba David Perkins y Howard Gardner, con el objetivo de mejorar la calidad de la educación a través del conocimiento de la actividad cognitiva. Luego, Perkins desarrolló el Proyecto Pensamiento Visible, con la finalidad de que los individuos disfruten del pensamiento, de descubrir la realidad y que construyan su propio aprendizaje. Para el logro de esa finalidad creó las rutinas de pensamiento, que son patrones sencillos compuestos por preguntas o afirmaciones abiertas, que invitan a pensar sobre un determinado tema o aspecto de la realidad de forma coherente y organizada.
¿Qué son las rutinas del pensamiento?
Las rutinas de pensamiento son simples estructuras de preguntas o secuencias de pasos que se pueden realizar de manera individual o en grupo. Igual que implementamos las rutinas que realizamos en clase, como asignar tareas de casa, recogerlas el día siguiente… Podemos incorporar nuevas rutinas que ayuden al alumnado a activar diferentes tipos de pensamiento, según los contenidos que estamos impartiendo.
Las rutinas de pensamiento forman parte de un método de enseñanza que hace el proceso de pensamiento más visible, fácil de seguir y recordar. El objetivo de estas rutinas es lograr el desarrollo de un pensamiento autónomo y autosuficiente para distintas situaciones prácticas.
Estas rutinas son estructuras con las que los alumnos, de una manera individual o colectiva, inician, discuten, gestionan su pensamiento, a la vez que descubren modelos de conducta que permiten utilizar la mente para generar pensamientos, reflexionar y razonar. Son estrategias breves y fáciles de aprender que orientan el pensamiento de los alumnos y dan estructura a las discusiones de aula. Si se practican con frecuencia y flexibilidad, acaban convirtiéndose en el modo natural de pensar y operar con los contenidos curriculares dentro del aula.
Además, ayudan a ordenar las ideas y los conocimientos con múltiples utilidades: organizar opiniones, designar grupos, jerarquizar los pensamientos y adaptar el estudio o el repaso para dar mayor prioridad a los conocimientos que peor se manejan.
El desarrollo del pensamiento crítico y autónomo requiere tiempo y práctica, por lo que es importante entregar estrategias para alcanzarlo desde la infancia.
Ejemplos de rutinas de pensamiento
- Veo/ pienso/me pregunto (descubriendo conceptos)
Esta rutina consiste en observar el objeto o fenómeno que se presenta, intentar interpretarlo y relacionarlo con los conocimientos con los que el alumnado ya cuenta. Para terminar, formularán preguntas a partir de las dudas que les hayan surgido.
- Explica/ apoya/ cuestiona (pensamiento científico)
En este caso el alumnado primero ofrece una explicación o interpretación de lo que ha observado, después presenta las pruebas que apoyan su explicación o conclusión, y termina planteando preguntas que cuestionan la certeza de la idea expuesta.
- Genera/ ordena/ relaciona/ elabora (sintetizar y ordenar ideas)
En el momento que el alumnado se enfrenta a una gran cantidad de contenidos, es necesario seguir los siguientes pasos: generar una lista de ideas iniciales sobre el tema que se está trabajando, ordenar estas ideas, seleccionando las centrales y las tangenciales, después, relacionar con líneas los conceptos que tengan algo en común, y por último, continuar desglosando cada idea.
- Puente 3-2-1 (estimulación de conocimientos previos para conectar con nuevas ideas)
Cuando se presenta un contenido o un concepto, el alumnado escribe tres ideas que ya sepan sobre ello, dos preguntas que se les ocurran y una metáfora o analogía. Una vez explicado el concepto y realizadas algunas actividades, volverán a rellenar la misma estructura con lo que ya han aprendido.
- El semáforo (organización del conocimiento)
Esta rutina resulta útil para organizar las ideas y los contenidos de las asignaturas, en función del grado de conocimiento que se tenga sobre ellos. En color verde, se marcará todo aquello que se domine con soltura y que no suponga un problema. En amarillo, irá todo el contenido que se conozca más o menos bien, pero que genere dudas en algunas ocasiones y que deba reforzarse para que pueda pasar a verde, y en color rojo, se situará todo aquello que no se sepa, no se maneje, suponga problemas o esté pendiente de aprender. De este modo, el alumnado puede tener una mejor percepción de sus conocimientos, que les ayude a dar prioridad a las cosas que llevan peor y así optimizar su tiempo de estudio.
Fuentes utilizadas en este artículo:
https://www.elesapiens.com/blog/rutinas-de-pensamiento-herramientas-indispensables/
https://www.educaciontrespuntocero.com/recursos/rutinas-pensamiento/
http://formacion.intef.es/pluginfile.php/48264/mod_imscp/content/2/rutinas_de_pensamiento.html
Acerca de la Autora
Gabriela Briceño Garay
Titulada con honores en Educación Diferencial (Chile), con Mención en Déficit Intelectual. Dentro de sus especializaciones y experiencias destacan el ser Especialista en Trastornos del Lenguaje y Dificultades del Aprendizaje, Jefatura Técnica Pedagógica y Coordinación de Programas de Integración Escolar, además de contar con un perfeccionamiento en Diseño Universal para el Aprendizaje y en Arteterapia. Actualmente cuenta con un Diplomado en Educación Inclusiva.
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