¿Qué efecto ha tenido la Ley del Menor en España?

¿Qué efecto ha tenido la Ley del Menor en España?

En 1996 se aprobaba en España la Ley Orgánica de Protección Jurídica del Menor; se trata de una ley criticada y alabada a partes iguales. Esta Ley surgió por la necesidad de proteger a los menores ante el desamparo y el abandono, con la idea “rehabilitar” a aquellos menores que cometieran algún delito, menores infractores con un historial familiar complicado, pero que podían ser recuperables en nuestra sociedad. Tendemos a pensar que el maltrato, las violaciones, los abusos… tan solo se dan en las clases más marginales, pero la realidad es que se dan en todos los sectores de la sociedad.

Para comprender realmente que hizo que surgiera esta Ley tendremos primero que comprender la realidad cotidiana en la cual viven estos chavales que padecen de exclusión social. Cada vez es más alto el porcentaje de familias que reconocen tener problemas con sus hijos a edades cada vez más tempranas: niños agresivos, que roban, que chantajean, que llegan incluso a traficar con drogas. Son muchas las causas que llevan a un menor a comportarse de este modo, siendo una de las causas principales los cambios  que se han producido en la forma de vida de la sociedad occidental. Nuestros niños pasan mucho tiempo solos y sus padres tratan de suplir el poco tiempo que pasan con ellos con dinero y diversos bienes materiales. Todas las personas somos el resultado de nuestros genes y la acción ambiental (familia, colegio, amigos).

Nuestro sistema culpaba a los menores de esa exclusión social, esa que les hacia caer en la marginación y la delincuencia; Maslow decía sólo cuando están cubiertas las necesidades básicas fisiológicas de seguridad, afecto, pertenencia y reconocimiento, el sujeto está en condiciones de ser motivado para una norma ajena a él. Cuándo el menor crece en un ambiente de seguridad y con unos límites claros sobre los que construir conciencia de la realidad podrá asumir responsabilidades.

Según la Constitución Española los poderes públicos deben garantizar los derechos de niños y adolescentes a través de una protección de las familias más excluidas y marginadas. Se debe prestar ayuda a esas familias para que su situación no se agrave y sus hijos acaben en manos de los Servicios Sociales. Cuando se promulgó esta Ley se tendió a confundir el desamparo con una situación de riesgo o posible riesgo; esto se puede certificar con la mayoría de expedientes de esos comienzos de la Ley, sustituyéndose el concepto de desamparo con el de “situaciones de riesgo” o incluso de “posible riesgo”.

Esta Ley cambió radicalmente la manera de tutelar a los hijos: hemos pasado del poder exclusivo de los padres sobre sus hijos a la intervención pública de retirar a los menores. Con la entrada de la Ley uno de sus principales objetivos era que los menores pudieran retornar a su familia biológica en el menor tiempo posible, siempre y cuando la situación lo permitiera. Lo que pretendía era no “institucionalizar” a los menores salvo en casos muy concretos; se crearon y reafirmaron las familias de acogida como alternativa temporal, para que el menor pasara ese tiempo en un ambiente lo más normalizado posible.

Esas-practicas-ya-no-existe

 

La Ley 1/96 de Protección Jurídico del Menor nació también ante la necesidad de dar cabida y respuesta a esos menores infractores, futuros adultos delincuentes; un menor no debe cumplir su ” condena” en una cárcel, ni se puede equiparar los años de condena con los que se le aplicarían a un adulto. La mayoría de delitos que comete un menor suelen ser delitos menores, existiendo siempre algún menor que comete delitos de sangre: asesinatos, violaciones… Y a estos menores se les plica una pena menor que si este mismo delito lo cometiera un adulto. Por ello la Ley ha contado con muchas críticas, muchas voces pedían un cambio en este aspecto.

Tenemos una de las mejores leyes en cuanto a menores de toda Europa. ¿Qué es lo que ocurre entonces? En nuestra cabeza no cabe que un niño de 14-16 años cometa un crimen con la brutalidad de una adulto; de hecho son casos que no son cotidianos, pero que cuando ocurren cuentan con una gran repercusión social y mediática. La Ley se pensó en esa mayoría de menores delincuentes, no en los menores que actúan como adultos y esperan ser juzgados como menores.

Está Ley ha sido modificada en algunos aspectos importantes (Ley 26/2015, de 28 de julio, de modificación del sistema de protección a la infancia y a la adolescencia), pero aún queda mucho camino que recorrer.

Aucal recomienda formarse en cursos del área de Servicios Sociales, dónde puedes ayudar de manera directa a resolver este tipo de problemas, haciendo un gran bien a la comunidad.

¿ Debería ser esta Ley modificada por completo y adaptarse a la situación actual que viven las familias actuales?

¿ Ha cumplido con las expectativas con las que surgió?

Más información

Visión critica del sistema de protección del menor

Los expertos reunidos critican la Ley de protección del Menor

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Un comentario

Dejar una Respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

dos × tres =