En este nuevo contexto social, marcado por una pandemia, donde no todos han podido retomar las clases presenciales, los profesores necesitarán recurrir a modelos híbridos de educación. Una equilibrada combinación de aprendizajes en la escuela y a distancia, mediados por la tecnología, en función de cada comunidad educativa. Pero es sumamente importante no confundir las metodologías y aplicarlas incorrectamente.
¿En qué consiste el modelo híbrido?
Es un enfoque pedagógico basado en competencias centradas en los estudiantes. Incluye una combinación de procesos de enseñanza y aprendizaje, que se dan de manera presencial y mediada a través de la plataforma virtual.
Es importante tener en cuenta que las actividades en línea no están destinadas a reemplazar el tiempo de clases presenciales; más bien, están diseñadas para complementar y construir sobre el contenido discutido en el aula.
Por lo tanto, disciplinas como Música, Artes Plásticas y Educación Física, deben considerarse dentro del sistema de enseñanza presencial, al ser todas áreas que necesitan para su enseñanza la intervención directa del profesor, además, de escuchar y crear en grupos.
La enseñanza de las asignaturas como lenguaje, matemáticas, historia y ciencias, se pueden reforzar mediante clases online, siempre y cuando el contenido lo permita, ya que, por ejemplo, la alfabetización inicial tiene que abordarse de manera presencial, pues es necesaria la intervención del docente y del trabajo oral inmediato y personalizado para considerar avances.
Las habilidades sociales y el trabajo con las emociones, es un trabajo que debe ser presencial en esta nueva enseñanza, ya que se requiere de un espacio donde se pueda dar un diálogo y una observación directa del docente.
Para la educación híbrida, la presentación del contenido, el inicio de la secuencia de enseñanza, su explicación y su trabajo, deben comenzar en el aula de manera presencial. Esta instancia debe ser considerada de esta forma, dada la importancia de la brecha de acceso a la conectividad y dispositivos en cada comunidad.
El componente en línea de la experiencia de aprendizaje, deberá consistir en ejercicios o contenidos adicionales que completen las lecciones presenciales. Además, se pueden generar espacios para contestar dudas, generar debates, realizar actividades dinámicas e interactivas.
Para implementar el modelo híbrido como tal, en forma efectiva, se necesita de los siguientes pasos:
- Identificar las características, necesidades y contextos de los estudiantes.
- Establecer propósitos.
- Definir las estrategias de enseñanza y aprendizaje que se llevarán a cabo –en los espacios y tiempos– en las modalidades presenciales y en línea.
- Establecer y coordinar la articulación entre las actividades presenciales y virtuales.
- Acompañar a los estudiantes en el proceso. Realizar entrevistas quincenales o tutorías para un seguimiento personalizado de los aprendizajes.
- Reforzar la importancia del trabajo en equipo, tanto de estudiantes como de docentes.
- Hacer uso de la autoevaluación y coevaluación, para poder realizar una personalización de los progresos y de las necesidades de cada alumno/a.
Lo que NO es una clase híbrida
Es importante dejar claro, que este modelo de enseñanza no se está utilizando cuando se divide el curso en la mitad, una de ellas en la sala de clases y la otra en línea observando la clase desde su hogar.
Esta forma de clase, que se utiliza actualmente en muchos colegios de Chile por la pandemia, ha generado polémica por su ineficacia para el logro de aprendizajes. Las han denominado como clases híbridas, pero la verdad, es que no utilizan la enseñanza digital como apoyo o reforzamiento de contenidos o para realizar actividades complementarias, sino que las han combinado simultáneamente con las clases presenciales, transformándose en un caos que no permite, a ninguno de los dos grupos, aprender significativamente.
El Ministerio de educación chileno, entregó a las escuelas, la posibilidad de elegir entre clases online o dividir la clase, para que un grupo asista presencialmente, y el otro se conecte desde su hogar. Esta metodología puede ir variando según la situación epidemiológica de la comuna o ciudad, y la decisión de enviar al alumno a clases presenciales es de los padres o apoderados, ya que es voluntario.
Pero la decisión de la escuela no es fácil de tomar, ya que surgen diversas problemáticas sociales: escasa o nula conectividad, infraestructura no adecuada, sin recursos para implementar medidas adicionales para impedir los contagios, profesores que deben utilizar sus propios recursos para impartir clases online, agotamiento de docentes, entre otros.
Últimamente, han salido a la luz varios testimonios docentes que cuentan su experiencia con la elección de juntar alumnos en la sala con otros conectados en su hogar, y la verdad, es que no son experiencias positivas. Algunos de los problemas señalados son: dificultades con la plataforma digital y la señal wifi de los establecimientos, el ruido que se genera por los alumnos conectados en directo que no apagan micrófonos y gritan para hacer preguntas al profesor, estar atentos a una pantalla con muchos niños conectados y a la vez estar atentos a los alumnos presentes en la sala, estudiantes comiendo en cámara, la mayoría de los alumnos conectados mantienen la cámara apagada y los profesores no saben si están escuchando. Finalmente, la clase termina siendo estresante para todos y los objetivos no se cumplen.
Este modelo adoptado, claramente no es beneficioso para ninguno de los involucrados; Si realmente se quiere aplicar un modelo híbrido en educación, se debe comenzar con la capacitación docente y la inyección de recursos adicionales para implementarlo.
Claramente, la pandemia no permite desarrollar un modelo híbrido perfecto, ya que requiere de un porcentaje importante de horas en clases presenciales y debe ser combinado con apoyo de clases y material online como forma de retroalimentar lo enseñado. Cuando no están las condiciones óptimas para implementar la educación híbrida, se debe optar por educación 100% online. Al optar por dicha modalidad, se debe contar con los implementos y la capacitación docente y familiar necesaria para que funcione. Y, así, volvemos al origen de la problemática: un Estado muy poco proactivo que no logra subsanar las dificultades ya identificadas con antelación.
Fuente utilizada en este artículo:
https://eligeeducar.cl/acerca-del-aprendizaje/la-nueva-ensenanza-entre-lo-presencial-y-lo-virtual/
Acerca de la Autora
Gabriela Briceño Garay
Titulada con honores en Educación Diferencial (Chile), con Mención en Déficit Intelectual. Dentro de sus especializaciones y experiencias destacan el ser Especialista en Trastornos del Lenguaje y Dificultades del Aprendizaje, Jefatura Técnica Pedagógica y Coordinación de Programas de Integración Escolar, además de contar con un perfeccionamiento en Diseño Universal para el Aprendizaje y en Arteterapia. Actualmente cuenta con un Diplomado (c) en Educación Inclusiva.
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