En el artículo anterior describí lo que es el maltrato, los tipos y las consecuencias que afectan a los niños y adolescentes; claramente, lo ideal es prevenirlo para evitar las secuelas que deja en las víctimas. Cuando ya es detectado, muchas veces no se sabe cómo actuar frente a los hechos, por eso es importante informarse para reaccionar a tiempo y de forma eficiente.
¿Qué podemos hacer para prevenir el maltrato infantil?
Enseñarles a los niños a defenderse ante posibles amenazas y explicarles los temas relacionados con violencia, abuso y maltrato, no es fácil para muchos padres, pero es clave para que aprendan a protegerse, a detectar amenazas y a contar a los adultos de confianza si sienten que están siendo vulnerados. La comunicación fluida y de confianza es fundamental como primer paso para la prevención.
La escuela también juega un rol protagónico cuando hablamos de prevenir situaciones de riesgo y de enseñar a cuidar el cuerpo, a valorarse, a detectar amenazas, en enseñar los derechos de la infancia y en cómo reconocer que están siendo víctimas de maltrato. Obviamente, la forma de tratar estos temas dependerá de la edad de los niños, de los planes y programas de la escuela y de la aprobación de los padres y apoderados para trabajar esta temática en clases.
Los niños, niñas y adolescentes también necesitan disponer de determinadas habilidades que son necesarias de promover y enseñar de forma directa y sistemática tanto en las familias como en las escuelas. Son aquellas relacionadas con las competencias emocionales, comunicativas, asertivas, sociales y de resolución de problemas interpersonales, que actúan como herramientas de protección para ellos.
También hay actitudes de los adultos que pueden ser negativas en el área de la prevención, por ejemplo: sobreproteger a los niños para que no conozcan los peligros de la vida real, evitar hablar de abuso sexual o temas que para ellos son tabú, generando la indefensión de los niños y que, por ser algo desconocido, no les permitirá protegerse de forma apropiada.
En la medida en que se fomente la conciencia en un niño o niña sobre la existencia de riesgos, se les da la oportunidad de generar estrategias para reconocerlos y afrontarlos; esto no significa bombardearlos frecuentemente con estos temas, pero sí se pueden aprovechar ciertas instancias para entablar la comunicación, por ejemplo: comentar algún hecho noticioso, conductas de personas conocidas que no deben imitar y que pueden generar algunos sentimientos confuso en ellos, aprovechar la propia curiosidad de los niños en cuanto a su cuerpo y sexualidad. Siempre se debe tener en cuenta la edad del niño y su nivel de madurez para adecuar de la mejor manera posible, los temas a tratar con ellos.
Es importante que cuando los padres, por diversos motivos, no puedan conversar estos temas con sus hijos, acudan a las personas o profesionales que pueden orientarlos en cómo abordar la temática del maltrato y la vulneración de los derechos del niño.
¿Cómo abordar el maltrato cuando ya se ha producido?
Ya sea que el maltrato es evidente o que existe una sospecha en relación al riesgo de un niño ante situaciones de abuso, se debe denunciar a las autoridades competentes, incluso la escuela tiene la obligación de denunciar la situación a las autoridades competentes, siguiendo los protocolos correspondientes.
Muchas veces, identificar el maltrato es difícil, pero una vez hecho y denunciado, el proceso de evaluación de la situación, de los hechos y evidencias debe ser lo más riguroso posible. Luego de todo esto, llega el tratamiento, que se centra en reducir las consecuencias psicológicas y físicas a largo plazo, y en lo posible, entregar herramientas que faciliten la prevención de nuevos episodios de maltrato.
Generalmente, la intervención en estos casos está a cargo de organizaciones estatales o corporaciones cooperadoras del estado que deben proveer de apoyo legal, psicológico y social que el niño, niña o adolescente, necesitan.
El tratamiento puede ayudar tanto a los hijos como a los padres en situaciones de maltrato. La principal prioridad es garantizar la seguridad y la protección de los niños que han sido maltratados.
La contención emocional y la psicoterapia son primordiales en estos casos, ya que pueden:
- Ayudar al niño a resignificar la experiencia y disminuir o eliminar los sentimientos de culpa en torno a esta.
- Ayudar a un niño que fue maltratado a aprender a confiar de nuevo.
- Enseñar a un niño sobre comportamientos y relaciones normales.
- Enseñar a un niño a manejar los conflictos y así aumentar su autoestima.
A los padres pueden ayudar a:
- Identificar y abordar a tiempo, conductas de sus hijos que puedan asociarse a una experiencia de maltrato.
- Descubrir las causas del maltrato y trabajar en ellas.
- Aprender maneras efectivas de afrontar las frustraciones que son inevitables en la vida.
- Aprender estrategias parentales adecuadas para criar a los niños.
Cada uno de nosotros puede evitar el maltrato o ayudar a que no continúe y así, proteger a los niños que han sido vulnerados. Las consecuencias que pueden enfrentar los niños pueden ser marcas permanentes en ellos, si podemos evitarlo, hagámoslo, por amor, empatía y solidaridad.
Fuentes utilizadas en este artículo:
https://www.mayoclinic.org/es-es/diseases-conditions/child-abuse/diagnosis-treatment/drc-20370867
Acerca de la Autora
Gabriela Briceño Garay
Titulada con honores en Educación Diferencial (Chile), con Mención en Déficit Intelectual. Dentro de sus especializaciones y experiencias destacan el ser Especialista en Trastornos del Lenguaje y Dificultades del Aprendizaje, Jefatura Técnica Pedagógica y Coordinación de Programas de Integración Escolar, además de contar con un perfeccionamiento en Diseño Universal para el Aprendizaje y en Arteterapia. Actualmente cuenta con un Diplomado en Educación Inclusiva.
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Buena información que se comparte. La sobreprotección no es buena para los hijos, muchas veces uno piensa que es lo mejor pero en realidad se hace un daño al hijo.
Saludos!!
Gracias por su opinión. Saludos