En los colegios no se valora el esfuerzo, los conocimientos se miden por unas preguntas en un examen escrito y se abusa demasiado de los libros. Esa es la impresión que tienen miles de padres y niños en su día a día como usuarios del sistema educativo. Potenciando poco la autodisciplina y el pensamiento crítico, fundamentales para formar jóvenes motivados hacia su futuro; porque un pensamiento critico no sirve tan solo para intercambiar ideas en una charla con amigos, sino también para recapacitar y dar forma a los conocimientos académicos que tanto impregnan la educación actual. Tener un punto de vista propio no hace que se tengan más discusiones, no si se ha aprendido a tener un visión crítica de las cosas. No estar de acuerdo en algo no es llevar la contraria, esa es una manera de pensar que debería estar alejada de nuestra sociedad actual, pero no es así, y es algo que se ha llevado al campo de la educación.
Al nacer tenemos una serie de cualidades, o más bien de capacidades, que se van desarrollando con el tiempo, o por el contario se acaba con ellas; y la capacidad de pensar es una de ellas. La educación que se recibe a lo largo de toda la vida se centra en muchos aspectos, y uno de ellos es en crear personas que sean autónomas, que piensen, que sean críticos…pero no se equipara de las herramientas para ello. Lo más importante que les podemos enseñar a los estudiantes es a diferenciar si la información que encuentran es fiable y precisa o no, es muy fácil hacerlo desde muy pequeños. Los niños deben poder valorar si algo es fiable o no por evidencias como por ejemplo la reputación de quien lo dice, pues si creen como verdadero todo lo que encuentren, entonces tenemos un problema.
El método más clásico, pero no por ello menos eficaz, son los debates en clase. Para dar pie a que se den opiniones, se puede leer un relato en el que se plantee algún tipo de conflicto, o lanzar diferentes preguntas . Con esta práctica, además se enseña el respeto al compañero, a conversar escuchando a los demás, y a llegar a decisiones conjuntas alcanzando un punto medio.
No se puede cambiar la mentalidad de millones de seres humanos en el mundo que ya son adultos, pero sí se puede hacer una gran labor en las generaciones futuras, si cada vez más escuelas llevan a la práctica enseñar a los niños a pensar en lugar de obligarles a memorizar. Y es que solo el pensamiento los hará libres.
¿Se da demasiada importancia a memorizar contenidos?
¿ Son necesarios más debates en las aulas para que los alumnos vayan adquiriendo cierto espíritu critico?