Las familias monoparentales son cada vez más numerosas en nuestro país, casi siempre madres que se enfrentan a la maternidad en solitario; como cada vez son más numerosas están empezando a necesitar de más apoyos, tanto económicos como institucionales, y es lo que cada vez van demandando más. Y una de sus últimas peticiones es poder ser reconocidos como familias numerosas, algo que solo se hace si se tiene al menos tres hijos, condición que sí se otorga a aquellas en la misma situación encabezadas por un viudo o una viuda. Son las propias familias numerosas las que hacen especial hincapié en que esto sea así, en que el título de familia numerosa sea por el número de hijos, pero las familias monoparentales ven injusto que a los viudos les den esa distinción a pesar de no tener tres hijos.
Ya sabemos todos lo difícil que es conciliar vida familiar y laboral en este país, por ello las familias con tan solo un progenitor a cargo piden ayudas económicas puesto que el tener que dejar a los niños para ir a trabajar supone un desembolso económico por parte de la familia. Unido a la falta de apoyo económico está la falta de apoyo social, puesto que aun vivimos en el modelo tradicional, familias con padre y madre, no tan solo uno de los dos. Y la realidad es que cada vez son más las mujeres, y también unos pocos hombres, que afrontan la maternidad en solitario, que no encuentran al compañero que buscan y con el cual embarcarse en esa aventura tan arriesgada como maravillosa.
Y para formar una familia se necesita una estabilidad económica y laboral, y las administraciones han recortado mucho respecto a esto. Se ven las necesidades pero no se ponen los medios. Y es que parece que lo que se está penalizando es la elección que se ha hecho, puesto que no es lo mismo que una familia sea monoparental por el fallecimiento sobrevenido de uno de los progenitores que lo sea desde el principio por escogerlo así. Algo totalmente injusto en un país donde tanto se ha luchado por la libertad de derechos después de muchos años de represión.
Los niños ya están normalizando este nuevo concepto de familia, así que ya va siendo hora de que los adultos hagamos lo mismo.
Y es que el día que esta guerra judicial se gane dará un vuelco al concepto de familia, de un modo parecido al que supuso la legalización del matrimonio homosexual.