Tenemos la mala costumbre de etiquetar a las personas, ya sea por alguna dificultad o rasgo de la personalidad, apariencia o nacionalidad, todos tenemos que ser algo o hacer algo, y esto en el caso de los niños es llevado muchas veces a casos extremos con etiquetas dañinas.
¿Por qué aparecen las etiquetas dañinas en la infancia?
Todos tiene que ser algo, etiquetas que parecen inofensivas pero que pueden que en realidad son etiquetas dañinas; pero parece que no deben afectar a los oídos del niño, porque son realizadas sin maldad ninguna.
Pero todo lo que sea catalogar y clasificar condiciona y mucho. Todos conocemos el típico caso del niño inquieto, mal estudiante y que quiera o no también será “malo”, porque ya se encarga la gente que tiene alrededor de que así sea, haya cometido los catos o no.
Y es que en estos casos el menor asume su condición de chico malo, porque de tanto decírselo a optado por callar y ser. Y es que las etiquetas dañinas marcan la forma de ser de las personas desde edades tempranas.
Un niño va formando su autoestima en base a las valoraciones que se emiten de él, en especial de las personas que están a su cargo. En ocasiones se hacen de manera instintiva, sin intención de faltar al respeto, porque estamos tan acostumbradas a ellas que salen sin querer.
Nos ocurre lo mismo con las comparaciones, en ocasiones parece que todos son mejores por algún rasgo en el cual destacan, pero nadie es más que nadie, es tan solo que se nos dan bien unas cosas y mal otras.
Cómo ayudar al niño etiquetado y marginado
Mantener una conversación con el niño cuando ya tenga edad suficiente para entender determinadas cosas ayudará mucho al menor, y a la relación que tendrá con sus progenitores o personas a cargo.
Si le hacemos entender que es algo que se hace, aunque sea sin intención de dañar, que tan solo importa cómo nos veamos nosotros y de lo que seamos capaces, porque es la base para que los demás nos vean así, quizás nos ahorremos muchos disgustos futuros, y seguro que su autoestima se construirá de otro modo más productivo.
Todos somos únicos desde que nacemos, todos destacamos o fallamos en algo, todos somos personas, con sentimientos y necesidades.
No hay nadie más que nadie, ni menos que nadie. Estos valores se aprenden en casa y se fomentan en las escuelas, o así debería de ser al menos.
No debemos someter a los niños al estrés que supone cumplir con lo que se espera de ellos. Eso ya ocurre en la vida, y tenemos que reconocer que ni es bueno ni es productivo.
¿Etiquetar a las personas les beneficia en algún aspecto de su vida?
¿Somos conscientes del daño que podemos hacer con las etiquetas dañinas?
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