Tenemos el sistema educativo con más horas lectivas de Europa, somos de los países que más tiempo dedica a hacer deberes fuera del colegio, formamos jóvenes preparados…y a pesar de ello seguimos teniendo una de las mayores tasas de abandono y fracaso escolar. ¿ Como puede ser? Las tareas escolares no deberían ser sinónimo de deberes tal y como los entendemos .Debería ser para desarrollar competencias y no contenidos, como por ejemplo elaborar la lista de la compra para la asignatura de lengua o calcular las medidas para un bizcocho en matemáticas; ir a la biblioteca, leer o resolver dudas delante de Internet. Desarrollar competencias y no contenidos.
Memorizar es bueno, pero se debería emplear en cosas significativas, que aporten valor y que sean útiles para el día a día. Nuestro sistema educativo trata a todos los alumnos por igual, sin pensar que cada niño tiene un desarrollo cognitivo diferente. Quien defiende la imposición de los deberes para casa expone que al tener la obligación de hacer algo los niños crecerán siendo más responsables, puesto que asumir responsabilidades es sinónimo de ser constantes y maduros.
Los detractores de los deberes sostienen que copiando páginas enteras de un libro no se deja espacio a la creatividad o al emprendimiento; por no decir que algunos niños necesitan de un adulto que pueda pasar la tarde con ellos, pero no todos los padres pueden permitírselo. Con lo cual, aquellos niños que no disponen de esa ayuda no pueden completar sus deberes, pudiendo sufrir algún castigo. Los padres se convierten en maestros de sus hijos, y eso tampoco es bueno. Deben explicarles conceptos que los niños no han conseguido memorizar en clase, por cansancio, por no comprenderlo…
Nuestro sistema educativo ha cambiado mucho en los últimos años pero no para mejor necesariamente. Las actividades de repaso son necesarias, pero debe hacerse después de haber aprendido algo, con un margen de 3-4 horas como mucho.
Para aquellos que defienden los deberes desde edades tempranas como manera de hacer niño responsables deberían plantearse que la vida en si ya es demasiado exigente, es por ello que no se debería cargar más peso a nuestros menores.
El hábito de estudio se acaba desarrollando, cuando sea necesario, y el menor esté preparado para ello, pero no desde luego con 5-6 años.
Todos los años al comenzar un nuevo curso académico se plantea esta cuestión, no llegando nunca a un entendimiento puesto que existen tantos defensores como detractores. Dejemos que los niños sigan su propio ritmo evolutivo.
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¿ Son necesarios y recomendables los deberes para casa?
¿ Los deberes hacen niños responsables o por el contrario niños “quemados” por el sistema?
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