Es importante conocer las señales de alarma que pueden significar alguna dificultad o un retraso en el lenguaje o en la comunicación, así se puede realizar una intervención a tiempo por parte de los especialistas dedicados a diagnosticar y tratar los trastornos relacionados con esta temática.
Señales de alarma
Existen diversos signos tanto en la expresión como en la comprensión del lenguaje que advierten alguna posible dificultad en un niño. Para poder identificarlas correctamente, debemos considerar la edad y los factores ambientales que pueden influir. Algunos signos que se pueden presentar son:
- No habla
- No comprende lo que se le dice, aunque hable. Esto se puede advertir al darle instrucciones o pedirle que realice una acción y este demuestra cierta confusión.
- No sabe respirar adecuadamente para la emisión de fonemas.
- No utiliza el lenguaje para comunicarse, informar o informarse, participar en los juegos y ejercicios que requieren el uso de lenguaje oral.
- Le dificulta expresar emociones o sentimientos.
- Le dificulta distinguir entre lo que se debe decir y lo que se debe callar.
- No hace uso de las palabras para aclarar, responder, orientar y narrar.
- No sabe expresar las manifestaciones complejas del lenguaje, tales como describir, narrar, analizar y sintetizar.
- Presenta un tono de voz inadecuado.
- Se observan dificultades en la expresión: en la articulación, modulación, utilización de frases cortas para evitar palabras.
- No capta la doble intención de algunas frases como refranes, ironías, parábolas, chistes, entre otros.
Para poder prevenir mayores dificultades a mediano y largo plazo, la identificación temprana de los primeros signos es fundamental, así como la orientación de los padres y el perfeccionamiento de los profesores de nivel inicial, para que puedan detectar las dificultades en la comunicación y en el lenguaje que se pueden presentar en los niños.
¿Cuándo solicitar una evaluación?
Si se identifican varias señales de alarma, es momento de una evaluación integral especializada para diagnosticar o descartar algún trastorno o retraso en el lenguaje y comunicación. Puede que la evaluación se puede pedir a los mismos profesionales del establecimiento educacional que son parte del programa de integración o inclusión social, si no es así, se debe buscar un especialista en lenguaje y comunicación, como son los fonoaudiólogos y los educadores o educadoras diferenciales que actúan como apoyo complementario en la evaluación integral del niño.
La evaluación y el diagnóstico es un proceso continuo que en la mayoría de los casos implica una colaboración del niño, de la familia y de otros profesionales. El especialista en lenguaje llega a un diagnóstico por medio de pruebas objetivas, observaciones de conductas y consultas a los familiares directos completando una anamnesis que reúne todos los datos necesarios respecto al desarrollo del niño.
Diagnóstico y descarte
Luego del proceso evaluativo, el especialista en lenguaje llegará a una conclusión final. Si se descarta el diagnóstico de un trastorno del lenguaje o un trastorno en la comunicación, el profesional puede sugerir la estimulación del lenguaje y del habla para evitar un posible diagnóstico futuro, entregando pautas a la familia con las acciones que pueden realizar en el hogar y con recomendaciones para los profesores que trabajan con el niño.
Estas sugerencias también son importantes en el caso de un retraso en el lenguaje, el cual se puede disminuir al realizar ciertas acciones orientadas a reforzar la correcta expresión y comprensión.
Si la conclusión del especialista es la presencia de un trastorno, se realizará la planificación de una intervención terapéutica cuyos objetivos deben basarse en lo arrojado por la evaluación y en lo que se espera para su edad. Las metas y objetivos son individuales y deben involucrar a la familia, ya que sin su apoyo será difícil cumplir con lo planteado.
La presencia de un trastorno tiene factores causales como: hereditarios, neurológicos, socioculturales, afectivos y cognitivos. Esta información es crucial para organizar una efectiva intervención terapéutica.
Acerca de la Autora
Gabriela Briceño Garay
Titulada con honores en Educación Diferencial (Chile), con Mención en Déficit Intelectual. Dentro de sus especializaciones y experiencias destacan el ser Especialista en Trastornos del Lenguaje y Dificultades del Aprendizaje, Jefatura Técnica Pedagógica y Coordinación de Programas de Integración Escolar, además de contar con un perfeccionamiento en Diseño Universal para el Aprendizaje y en Arteterapia. Actualmente cuenta con un Diplomado en Educación Inclusiva.
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