Cómo enfrentar una rabieta

Los niños no saben controlar sus emociones, es más, no saben cómo actuar ante determinadas situaciones, pudiendo ser su comportamiento demasiado desmesurado o no acorde con lo esperado. Conocer qué es lo esperable en el desarrollo de un niño hasta los tres años es fundamental. Nos permite acompañarlo, observarlo, respetando el tiempo individual que cada uno necesita para crecer. Pero también permite adquirir criterios de alarma cuando el desarrollo queda obstaculizado. Es muy importante conocer qué aspectos son esperables y qué necesidades emocionales tienen un niño pequeño para detectar cualquier dificultad o problema en este ámbito con el fin de poder intervenir de la forma más rápida y eficaz, dentro de un proceso de prevención y detección temprana. Desde que nacemos interactuamos con nuestro entorno, siendo esta interacción cada vez mayor según va pasando el tiempo.

Una de las cosas que más cuesta entender es el concepto de empatía, saber ponerse en el lugar de los demás para comprender sus emociones y sentimientos, así como saber interpretar los distintos estados de ánimo de las personas, para poder obrar en consecuencia. Sobre los dos años al hacer aparición las famosas rabietas, es cuando más paciencia y comprensión se debe tener con los niños, puesto que las pataletas provienen de la confusión interior del niño. Sólo él puede resolver la indecisión que las motiva: la lucha entre la dependencia y la independencia. Necesitan además reafirmarse, por ello su palabra preferida será “no”, para explorar los limites hasta dónde puede llegar.

Tendremos que enseñarles a autoregular sus emociones, tener autocontrol, tanto a nivel emocional, como de conducta. Este autocontrol deberá hacerse gradualmente, para que poco a poco, el niño aprenda a usar las palabras para expresar de manera adecuada lo que siente, a pensar antes de actuar y comprender las consecuencias de sus actos. Porque al fin y al cabo la vida diaria se basa en ello, en saber identificar las consecuencias de nuestros actos, y ese debería ser el punto de partida a tomar para poder educar menores sanos a nivel emocional.

De pequeños se tiene esa necesidad por aprender, esa curiosidad que con los años vamos perdiendo, pero no siempre dejamos desarrollar esta habilidad de los niños. Al no tener identificadas las diferentes emociones la parte positiva se ve tapada por todo lo negativo que tiene esta etapa tan bonita y a la vez tan dura. Es normal que se frustren, que quieran tener todo, o que no sepan lo que quieren, pero expresen enfado… el gestionar sus frustraciones los hará mas libres de prejuicios en el futuro, porque la frustración es una emoción tan necesaria como cualquier otra, y si no aprenden a gestionarla en una edad temprana ser algo que arrastren durante toda su vida y que condicionara la relación que entablen con su grupo de iguales.

¿ Las rabietas son sanas?

¿Estamos educando en la poca tolerancia a la frustración?

 

Formación relacionada

Técnico Profesional en Intervención Psicoeducativa en Alteraciones de Conductas en Niños de 0-3 Años

MÁS INFORMACIÓN:

Agente OO7 contra el Doctor No. Los terribles dos años: https://elpais.com/elpais/2017/04/03/mamas_papas/1491229105_776051.html

 

 

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