Unos buenos hábitos alimentarios se adquieren principalmente en la niñez, aunque nunca es tarde para empezar a tenerlos. Si añadimos que comer en familia y de manera saludable es es definitiva el mejor de los hábitos, los resultados sociales serían más positivos.
¿Cómo podemos lograr hábitos saludables?
Una buena manera de conseguirlo es comer en familia siempre que se pueda, consiguiendo por un lado servir de ejemplo y por otro aumentar el deseo de los menores de comer ellos sin ayuda, al tratar de imitar a los demás, consiguiendo además y fomentar el apetito en los menos comilones.
Pero sus beneficios no son sólo nutricionales sino también emocionales, se pasa un buen rato en familia, olvidándonos del estrés del día, propiciándose la comunicación, para lo cual es muy importante no tener encendido el televisor, procurando también no dar al niño ningún dispositivo móvil para hacer que coma mejor, porque se conseguirá el efecto contrario, que es comer rápido y más, sin control, con ansiedad por terminar.
Pero no todo es controlarse. Comer de manera saludable no está reñido con el hecho de darse alguno que otro capricho puntual, porque los niños, y también los adultos necesitan darse un respiro de vez en cuando, siempre y cuando se tenga un control y se dosifique de manera adecuada.
Porque todo lo que se prohíbe hace aumentar la necesidad de consumirlo. Un error bastante común es utilizarlas como premio, porque en realidad es un premio envenenado porque le hacemos creer al niño que por comer sano se le debe dar una “recompensa” y no es así.
¿Por qué hemos dejado de comer en familia?
Las comidas preparadas y precocinadas son un remedio rápido para salvarnos del día a día, donde las prisas mandan y no tenemos tiempo de preparar apenas nada y menos en comer en familia, pero debemos pensar que es una solución puntual, no algo que nos solucione a largo plazo, puesto que las consecuencias no serán nada buenas.
El sedentarismo que vivimos en nuestra sociedad tampoco favorece nuestra vida diaria, donde se deberían alternar las dos cosas: vida sana y alimentación saludable.
La vida cotidiana ha provocado que el tiempo de comer en familia no sea una prioridad; algo realmente preocupante y triste.
Sería muy interesante involucrar a los niños en la comida de manera activa, que ayuden a prepararla, que escojan los ingredientes, que pongan y recojan la mesa….porque si se ven sujetos activos en la actividad estarán con más ganas de participar en todo el proceso.
Y es que si conseguimos inculcar a nuestros hijos el hábito por la lectura, ¿por qué no el hábito por comer en familia?
Todo en nuestra vida se basa en las rutinas y hábitos que tengamos, porque una vez instaurados es muy difícil que se vuelva para atrás y se deje de hacer, porque el ser humano se basa en costumbres, buenas o malas, pero aquello a lo cual estamos “hechos” es difícil de cambiar.
¿Se está perdiendo la tradición de comer en familia?
¿Qué beneficios tiene hacer vida familiar durante las comidas?
Formación relacionada
Máster Trabajo Social, Máster de Doble Titulación, por un lado el Máster en Trabajo Social otorgado por Fundación Aucal y por otro lado el Título de la Universidad Antonio de Nebrija de Técnico Superior en Servicios Sociocomunitarios, te prepara para especializarte en la evaluación de las necesidades sociales.