Autismo: el reto de ser diferente

La gente con autismo tiene un grave problema al llegar a la edad adulta, ellos y sus familiares cercanos; mientas son niños están escolarizados, acuden a un centro, hay actividades para ellos… pero parece que acaban la etapa escolar y ya no hay nada para ellos. Como si el problema se resolviera solo al cumplir años.

Los adultos con autismo no siempre llegan a comprender las intenciones de los demás y  esta falta de comprensión tiende a hacer que los adultos con autismo, incluso los que tienen un coeficiente intelectual alto,  juzguen a los demás con dureza, lo que podría plantear problemas en su vida diaria y en trato con los demás. No es que no comprendan sino que la interpretación que hacen es diferente, no captando el doble fondo de algunas actitudes o mensajes. Como si no supieran ver las buenas intenciones de las personas, tan solo verán un trasfondo negativo.

Las personas con este tipo de trastorno por lo general tienen una gran capacidad de concentración y mejores aptitudes para tareas que no requieren una constante interacción social, que implican minuciosidad y que les permiten establecer una rutina. Pero a la hora de acceder a la vida laboral tampoco lo tienen nada fácil, porque aún tenemos la idea de que los autistas son gente insociable, conflictiva si llegan a entrar en crisis, con tendencia a la soledad.. Tiene las capacidades pero no se les da la oportunidad de desarrollarlas, o no es lo habitual.

Por ello se ven abocados a la soledad y el aislamiento social, casi no existen alternativas para ellos, ni laborales, ni sociales, ni de ocio. Es uno de los trastornos sobre los que más desconocimiento hay, a día de hoy con toda la información que existe y se siguen viendo como apestados; es considerado una “discapacidad invisible”, puesto que quienes lo padecen pueden pasar por gente “rara”,  que no quiere tener trato con nadie y que tiene contestaciones fuera de lugar.

Siempre se habla de educación inclusiva, pero no se utiliza el término sociedad inclusiva, cuando se debería hablar de ello, puesto que no se dan las mismas oportunidades a todas las personas, dejando que influyan las características personales de cada uno a la hora de incluirlos o no. Creemos que ya todo esta hecho y no es así, aún queda mucho por hacer.

Una persona con un trastorno a nivel neurológico no es una  persona “invalida” para trabajar, para relacionarse, para vivir. Es tan solo una persona con unas características únicas, no distintas ni diferentes, pues no hay nada que marque la normalidad, tan solo nuestros hábitos de vida.

¿Los adultos con autismo son los grandes olvidados?

¿Qué medidas se podrían adoptar para integrar a la gente autista en la edad adulta?

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