El paradigma del contenido se basa en la transmisión de información del docente hacia el estudiante; es un método tradicional que utiliza el examen o prueba como verificador de aprendizaje. En el paradigma de la acción, el estudiante desarrolla su propio aprendizaje y el docente es el mediador, además, la evaluación se realiza en base a lo que el alumno genera mediante su trabajo.
Definición y ciclos del Paradigma de la acción
El paradigma de la acción tiene como objetivo el desarrollo de competencias en el alumnado, concepto que ha sido recogido por el currículo de varios países.
El aprendizaje basado en proyectos (ABP) cuenta ya con el sostén teórico y práctico suficiente para constituirse en una alternativa eficaz al paradigma de los contenidos para el desarrollo de las competencias claves. En esta alternativa, la base se encuentra en afrontar un desafío que justifica y da sentido al esfuerzo de aprender.
El ABP es una metodología educativa centrada en la acción del estudiante para generar su propio aprendizaje, en donde la herramienta principal es el trabajo en equipo y el desarrollo de competencias claves utilizando el desafío como motivación para aprender, generando una experiencia memorable evaluada con diversas metodologías.
Este método responde a un flujo de trabajo que va desde el planteamiento de un desafío hasta su resolución y la difusión del proyecto. Se puede utilizar en una o varias asignaturas a la vez. El ciclo sugerido es el siguiente:
- Plantear el objetivo como un desafío para el alumno, motivándolo para que se implique en el proyecto, explicando claramente lo que se quiere lograr y las competencias que se desarrollarán en ellos mediante una línea de tiempo del proyecto. Es importante que sientan que el desafío planteado les servirá en su desarrollo profesional y personal, además, debe estar vinculado al currículo.
- Estructura del proyecto: explicar pasos, medios de investigación, conformar grupos, tiempo de ejecución y detallar el proceso de evaluación. Utilizar elemento provocador para desafiar su creatividad. El desafío puede ser una pregunta, un problema o un reto.
- Búsqueda de información, ejecución y lectura. Los alumnos deben buscar, filtrar y procesar la información. También puede implicar desarrollar algún trabajo manual. Aquí se utilizan las competencias digitales necesarias en la sociedad actual.
- Respuesta al desafío, producto final. Es ideal un producto tangible acompañado de informe.
- Evaluación y difusión. Se debe considerar el proceso y el resultado, utilizando diferentes estrategias: autoevaluación, diario, videos, disertación, charlas, presentación en el establecimiento, feria educativa, calidad del producto, también evaluar el trabajo en equipo y la respuesta concreta al desafío planteado. Es importante difundir los proyectos, ya sea a sus compañeros, al establecimiento, incluso en redes sociales o noticias. Esto también es parte de la evaluación. En esta etapa pueden participar varios docentes, ya que el proyecto puede involucrar elementos de diferentes asignaturas, siendo una herramienta para evaluar diversas competencias.
A modo de ejemplo, un proyecto se puede organizar o estructurar de la siguiente forma:
- Descripción de la edad y nivel o curso del alumnado, las asignaturas y docentes involucrados.
- Objetivo del proyecto
- El desafío a evaluar
- Tareas que debe realizar el alumnado durante el proceso. Dejando espacio a la fluidez del proyecto.
- Gestión de la información que debe buscar el alumno
- Rol del docente durante el proyecto
- Producto final que se evaluará
- Formas de evaluación y difusión conocidas con anterioridad por los alumnos
Beneficios de esta metodología
Esta forma de trabajo, permite el desarrollo de competencias claves para el desarrollo del estudiante, es mas lúdico y permite involucrar varias asignaturas, ya que puede contener un objetivo en lenguaje, arte, historia u otras, dependiendo del desafío. Es motivador y permite el trabajo entre compañeros. Eso sí, se debe elegir un proyecto acorde al contenido del currículo y se debe tener en cuenta las competencias docentes para trabajar en esta metodología. Además, se pueden aplicar evaluaciones inclusivas, tomando en cuenta las capacidades del alumnado, lo que un examen no puede realizar en su totalidad.
El ABP Implica una revisión en profundidad del rol del docente, de lo que deseamos de los estudiantes, de los materiales, de las interacciones del profesorado y de la adecuación de metodologías de evaluación, siendo necesario el apoyo del cuerpo directivo para implementarlo, ya que requiere harto trabajo y voluntad. En este sentido, el ABP no es meramente un estilo de enseñanza/ aprendizaje, sino la puerta de entrada a una cultura educativa diferente, inclusiva y mayoritariamente didáctica.
Acerca de la Autora
Gabriela Briceño Garay
Titulada con honores en Educación Diferencial (Chile), con Mención en Déficit Intelectual. Dentro de sus especializaciones y experiencias destacan el ser Especialista en Trastornos del Lenguaje y Dificultades del Aprendizaje, Jefatura Técnica Pedagógica y Coordinación de Programas de Integración Escolar, además de contar con un perfeccionamiento en Diseño Universal para el Aprendizaje y en Arteterapia. Actualmente cuenta con un Diplomado (c) en Educación Inclusiva.
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