Acogida y mediacion

Cualquier pareja puede solicitar la acogida de un menor de manera temporal; evidentemente pasarán por entrevistas y por el papeleo necesario para validar que son personas capaces de hacerse cargo de ese menor. Puede ser una pareja ya con hijos biológicos o sin ellos, no es punto que importe mucho, puesto que lo más importante es poder hacer que el tiempo que el menor va a permanecer alejado de su familia biológica sea lo más agradable posible.

Estos menores suelen tener una triste historia, con sufrimiento,  por enfermedad de los padres, por dificultades económicas o por dependencia de las drogas por parte de sus progenitores , y no pueden cuidar bien de su hijo. Los niños de acogida a menudo han experimentado el abandono, han sido golpeados o han sufrido psicológicamente. Estas experiencias forman parte de su historia y de su forma de ser y a menudo no es fácil empezar una nueva vida con una familia de acogida. La decisión de acoger ha de ser considerada cuidadosamente, ya que ser una familia de acogida requiere mucha paciencia y fortaleza.

Muchas de estas familias necesitan acompañamiento durante  todo el proceso, o bien un mediador si se trata de menores de más edad, cercanos a la adolescencia, y que por la trágica historia personal que arrastran suelen ser chicos complicados. Son momentos complicados, porque a mayores muchas parejas no cuentan con el apoyo de su entorno más cercano, que no ven con buenos ojos la decisión que han tomado, y que incluso la ponen en duda. Y está también el reproche de los hijos biológicos si los hay, porque observan como alguien ajeno  a la familia llega para “robar” el tiempo de sus padres y su cariño.

acogida

 

Y es que si lo planteamos bien no es sencillo acoger a un menor; toda nuestra vida va a cambiar porque llegar una persona ajena a nuestra familia, alguien que  no sabemos como es , como va a reaccionar o cómo se integrará en su nuevo hogar. No es fácil, ni para quien acoge ni para el menor acogido. Se opta siempre por acoger y no por meter al niño en un centro porque  una familia siempre es más adecuada para un niño que el mejor de los centros, porque la institucionalización impide la formación de “el vínculo emocional estable”, imprescindible para asentar la personalidad. Se intenta siempre que el menor se quede con algún familiar cercano( abuelos, tíos…) pero no siempre se logra, y no se les puede exigir que se hagan cargo.

Un mediador familiar puede poner el orden que la situación requiere, puede ser una situación provisional o todo el tiempo que dure el acogimiento; de cualquier modo será una ayuda que puede ser muy beneficioso para ambas partes.

 

¿ Te parece el acogimiento la mejor opción para un menor que volverá con su familia biológica?

¿ Deberían cambiar las leyes de acogimiento?

 

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