Si abrimos un periódico o vemos las noticias es muy raro que en la semana no se hable de un nuevo caso de buylling; están de actualidad y cada vez se presta más atención a este tema. Hay gente que dice que esto ha existido siempre y que ahora se le da demasiada importancia. Como si antes no la tuviera o fuera un mal menor. Está claro que siempre unos han abusado de otros, por su condición de mayores o de más fuertes, pero esto no es excusa para no darle la importancia que debiera. Y más cuando está comprobado qué la mayor parte de las víctimas llegan a convertirse en “verdugos” en su entorno más cercano. Niños golpeados e insultados en su entorno escolar que sacan esa rabia y frustración de verse humillados, de no poder defenderse o de no hacer lo suficiente para que esas situaciones no se vuelvan a repetir. No son capaces de canalizar ese sentimiento de impotencia y acaban ellos haciendo lo mismo con hermanos o padres.
Un niño que sufre buylling no tiene por qué ser un niño retraído, puede comunicarse perfectamente y contar en casa cosas del colegio, pero omitiendo esos detalles que tanto daño le hacen; van acumulando ese sentimiento que no son capaces de expresar y explotan en cualquier momento, porque son una bomba de relojería.
Estamos demasiado acostumbrados a esa relación de superioridad de unos sobre otros, del más fuerte sobre el más débil y de las relaciones de poder; nuestra sociedad lo favorece y fomenta. Pero no son relaciones sanas ni prosperas, puesto que uno de los dos se lleva la peor parte, sufriendo en algún momento las consecuencias.
Vivimos demasiado acostumbrados a lo que consideramos “normal”, por lo que todo aquello que se sale de ese concepto lo descartamos, por miedo e ignorancia. Un adulto puede llegar a expresar esa sensación de rechazo, y un niño a pesar de poder también le será más fácil hacerlo a través de hacer daño a otros iguales, dando paso a otro posible acosador.
Quienes han sufrido acoso escolar exponen que al llegar a casa maltratan a sus familiares porque es más fácil a ellos que a sus compañeros; tus padres van a estar ahí a pesar de todo, y los compañeros no. Son situaciones complejas, difíciles de resolver. Requieren de mucho diálogo y esfuerzo por parte de todos.
Y no, definitivamente no es normal que un niño deba estar sometido a abusos en el colegio por parte de sus propios compañeros y nadie haga nada hasta que el caso salga a la luz. Por mucho que algunos intenten “venderlo” como que lo es y que forma parte de la evolución de la infancia.
¿ Crees que en los colegios se hace todo lo necesario para que sus alumnos no sufran acoso escolar?
¿Qué sería necesario cambiar para que bajaran las altas cifras de buylling?
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Lucía: “Pagué mi bullying con mis padres; en el cole me quitaban la peluca del cáncer y en casa le daba patadas a mi madre”: https://www.elmundo.es/sociedad/2017/02/02/58920ea7e5fdea0f7f8b46d8.html
Un niño que sufría acoso escolar protagoniza un exitoso corto contra el ‘bullying’: https://www.gonzoo.com/redes-sociales/story/un-nino-que-sufria-acoso-escolar-protagoniza-un-exitoso-corto-contra-el-bullying-4996/