Ese mal llamado autismo

Ese mal llamado autismo

 

No es una enfermedad y no tiene cura. Quien padece de Espectro Autista nace con él. Y no hay dos personas con idénticos síntomas. Hay unas características comunes y una infinidad de variantes. Como en otros trastornos y enfermedades, la detección temprana es muy importante. Los padres deben ser los primeros en aceptar que su hijo tiene algo que lo hace distinto al resto. 

Recientemente, un equipo de investigadores de la universidad de Salamanca ha desarrollado un  sistema de detección temprana  que consigue valorar, a través de 20 preguntas, los primeros indicios fiables de si el niño puede tener o no autismo. Estas preguntas son realizadas por los pediatras en sus consultas a padres con bebés entre los  18 y los 24 meses de edad. Si los padres ‘esconden’ la realidad, el autismo tardará más en dar la cara.

El Trastorno del Espectro Autista (TEA) es una condición neurológica que altera la comunicación, las conductas sociales y hasta la interacción con el medio. La mayoría de estudios sostiene su origen genético. Los niños autistas no responden ante estímulos comunes al día a día y parecen no escuchar. Aprenden casi todo por vía visual, es por ello que en las terapias que se siguen con ellos se incorporan imágenes en sus juegos para fomentar nuevos aprendizajes.

Tenemos la imagen de una persona con autismo que vive retraída en su mundo, pero las cosas han cambiado mucho en este aspecto. Si bien hace años las personas autistas estaban abocadas al abandono, hoy en día se apuesta por la terapia como manera de lograr que la persona conviva con su autismo sin que le suponga un gran problema ni a ella ni a sus allegados.

Cuando hablamos de niños autistas, solemos pensar que presentan el añadido de tener un retraso mental. Este es otro de los mitos con los que suele contar este trastorno. Puede existir algún caso en el cual las dos cosas estén relacionadas, pero hay personas con autismo que presentan unas habilidades o conocimientos inusuales para su edad o proceso madurativo, tienen ‘altas capacidades’ o son lo que comúnmente se denomina superdotados.

Pero aplicar pruebas de inteligencia en las personas autistas es difícil. Recordemos que tienen problemas en la comunicación y en la interacción social, y que se asustan fácilmente ante estímulos sonoros, por inapreciables que parezcan. Meterlos en un aula durante un determinado tiempo para exponerlos a diferentes pruebas y preguntas no es tarea fácil. Sus capacidades suelen pasar desapercibidas. El autismo no tiene cura, lo que hay es un progreso y expectativas de que la persona salga adelante y logre ser un adulto independiente.

 

*Aucal Bussines School oferta el máster en Educación Social, una formación dirigida a que el alumno comprenda la educación social y para la salud como medios para optimizar la calidad de vida y conseguir cambios efectivos en la misma. Asimismo, ofrece a los agentes educativos los conocimientos, destrezas y recursos necesarios para una intervención psicoeducativa en alteraciones de conducta durante la infancia. Estos estudios tienen una duración de 9 meses y se imparten en modalidad online.

 

¿ Consideras que nuestros colegios están preparados para tener en las aulas a niños con autismo?

¿ Son apropiadas las terapias que se siguen con los autistas o se deberían investigar otras?

 

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