Cada aspecto del desarrollo infantil (cognitivo, emocional, afectivo, lingüístico, social) es importante para alcanzar nuevos aprendizajes a medida que crecemos, y permitirán la adquisición de habilidades y capacidades necesarias para desenvolverse en el contexto social de cada uno, permitiendo la adaptación adecuada al ambiente.
¿Qué es el desarrollo social?
El desarrollo social se refiere a la capacidad del niño para crear y mantener relaciones significativas con los adultos y otros niños.
El desarrollo social del niño se basa inicialmente en la relación madre-hijo. Si es positiva, las relaciones posteriores serán adecuadas, pero si la relación es negativa, a no ser que se compense por un “sustituto adecuado” (tía, abuela, etc.), las otras relaciones serán diferentes, y no siempre adecuadas. Aproximadamente cuando el niño puede expresar sus emociones, a través del lenguaje, comienza a pensar sobre las interacciones sociales. A partir de los 3 años el comportamiento en la escuela y en los juegos es un buen marcador de las relaciones sociales (Prior, 1992).
Etapas del desarrollo social
Estudiar el desarrollo implica describir etapas que abarcan todo el ciclo vital de una persona. Los momentos más esenciales del desarrollo social en un niño ocurren desde el nacimiento hasta los 6 años de edad. Lo que pase en este período influirá positiva o negativamente en el posterior desarrollo integral, por esto, nos centraremos en estas etapas.
Desde el nacimiento hasta los 3 años:
- Reconocimiento de voces, rostros y de sí mismo
- Los primeros intercambios sociales son las miradas y sonidos de gorjeo.
- Identifica su figura de apego y aparece la sonrisa social
- Entre los 8 y los 15 meses, aparecen habilidades sociales sencillas, como el saludo, además, las relaciones giran en torno a la manipulación de objetos y a la exploración de su ambiente.
- Al término de los 2 años, el niño amplía el numero de relaciones con los adultos, se autoreconoce claramente, realiza el juego paralelo con sus pares y asimila hábitos y habilidades básicas sociales.
- Entre los 2 y los 3 años, surge el verdadero interés social por los demás niños y con los adultos, establece relaciones más activas y desafiantes.
Desde los 3 a los 6 años:
- En relación con los adultos: al inicio de esta etapa continúa la crisis de oposición iniciada al final del segundo año. Se vuelve terco, negativo y oposicionista. Siente la necesidad de situarse como un miembro más dentro de su circulo y es consciente del efecto que provoca, sabe que lo observan y busca llamar la atención, hacerse notar y valer. Pero, además, va aumentando su autonomía en relación al adulto.
- Desde los 3 años los pares ejercen influencia en la socialización y aparece más clara la relación con ellos. Comienza la cooperación, el sentido de solidaridad y la aceptación de las normas de convivencia en grupo.
- A partir de los 4 años, comienzan los lazos de amistad, pero con rasgos egocéntricos. El juego paralelo avanza hacia uno simbólico, cooperativo y con reglas. Se expresan emocionalmente con sus pares y pueden ser influenciados por ellos.
- Va comprendiendo que los otros tienen sus sentimientos, necesidades e intereses propios. Es capaz de adaptarse a ellos en situaciones familiares. Aunque si su propia perspectiva está implicada en la situación, ahí no será capaz de diferenciarla de la del otro, o de poder manejarlas a la vez, eso es debido al egocentrismo social que es tan marcado en esta etapa.
La importancia del óptimo desarrollo social en la infancia
El desarrollo adecuado de habilidades sociales le permite a un niño no solo hacer amigos, sino también, a manejar la frustración, aprender y reconocer su entorno, entender y expresar emociones, tolerar cambios en su entorno y seguir reglas.
Un adecuado desarrollo social conlleva a potenciar en ellos un progreso apropiado de la autoestima, mejores habilidades de comunicación, el aprendizaje de nuevas habilidades y destrezas, el respeto a las diferencias, la asimilación de los límites y las normas y el sentido de la responsabilidad y la empatía hacia los demás.
Si el desarrollo es inadecuado (dejando fuera ciertos trastornos o necesidades educativas especiales) primarán conductas negativas, inadaptabilidad al entorno, dificultades en la relación con sus pares, el no respeto por las normas y posibles dificultades emocionales, ya que estos aspectos están relacionados entre sí.
Por esto, es importante potenciar y reforzar adecuadamente en la niñez las habilidades emocionales, tanto en casa como en la escuela, ya que son los ambientes más próximos e influyentes en su desarrollo integral.
Fuentes utilizadas en este artículo:
http://www.neuropedwikia.es/content/desarrollo-social-en-la-infancia
Acerca de la Autora
Gabriela Briceño Garay
Titulada con honores en Educación Diferencial (Chile), con Mención en Déficit Intelectual. Dentro de sus especializaciones y experiencias destacan el ser Especialista en Trastornos del Lenguaje y Dificultades del Aprendizaje, Jefatura Técnica Pedagógica y Coordinación de Programas de Integración Escolar, además de contar con un perfeccionamiento en Diseño Universal para el Aprendizaje y en Arteterapia. Actualmente cuenta con un Diplomado en Educación Inclusiva.
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