Cada vez son más los niños ‘diagnosticados’ de déficit de atención con hiperactividad (TDAH) a edades cada vez más tempranas, incluso niños en edad no escolar. Con unas cifras tan alarmantes, es normal que se intente buscar una justificación para tan alto incremento de niños con este tipo de trastornos. En Aucal creemos que todo tiene un origen, aquí expongo las razones.
Una de las últimas teorías a este respecto es la relación entre el consumo de paracetamol durante el embarazo con el TDAH en niños. Sin entrar a valorar el rigor científico de semejante afirmación y tan sólo apoyándonos en evidencias palpables, diré que lo que se está tratando es de buscar una justificación a unas afirmaciones demasiados precipitadas por la edad y por las características de todo niño en esa etapa tan temprana de su vida.
La percepción de ‘niño movido‘ cambia dependiendo de los ojos del observador. En una sociedad cada vez más exigente con los niños, cualquier menor que se sale de lo establecido se observa como diferente y se da la necesidad apremiante de colocarle algún diagnóstico.
Los términos déficit de atención e hiperactividad se suelen asociar y juntar y no siempre van unidos. No todos los niños con trastorno de déficit de atención son hiperactivos. Estos niños suelen distraerse con facilidad, cometen errores con frecuencia y tratan de evitar las actividades que requieren de trabajo mental continuo y mucha concentración. Al no ocasionar problemas en clase, sus síntomas suelen pasar desapercibidos, pasando a ser los perezosos de la clase. No son niños movidos y pasan a un segundo plano.
En el día a día, también nos encontramos adultos con estas características, sin motivación, sin cosas que les gusten… ¿Son simplemente vagos o han arrastrado este trastorno desde su infancia? ¿O se trata tan sólo de que no cumplen las altas expectativas marcadas? En el caso de los adultos, existen dos soluciones posibles: medicación o terapia para reconducir conductas.
Lo que está muy claro es que aquello que nos motiva nos mantiene ocupados. Podemos haber llegado a la edad adulta sin encontrar aquello que realmente nos ‘llena’ como personas. No tenemos un chip que se activa a una edad para encontrar nuestro camino en la vida.
Al hablar de este trastorno en niños se dice que presentan conductas algo infantiles e inmaduras en relación con las esperadas por su etapa de maduración. Si hacemos esta afirmación, no estaremos respetando los ritmos evolutivos de cada niño. Lo que más asusta no son las afirmaciones, sino la alta probabilidad de que estos menores serán tratados con fármacos, medicamentos con sus efectos secundarios que, en algunos casos, serán mas perjudiciales que beneficiosos.
No sabremos si son tan sólo niños retraídos que, con el paso del tiempo, irán tomando interés por las cosas. Nunca lo sabremos porque ya les habremos colocado la etiqueta de ‘niño con…’.
Visita nuestra web y mira nuestra oferta formativa en el área social
¿Somos demasiado exigentes con los niños?
¿Un niño retraído es necesariamente un adulto vago?
Información relacionada
Relacionan el consumo de paracetamol durante el embarazo con el TDAH en niños
Michael Phelps, superhéroe de Maryland