deserción escolar

Deserción escolar: efecto negativo en la Educación por la crisis sanitaria

El cierre de las instituciones educativas y los efectos económicos sufridos por las familias como consecuencia de las medidas sanitarias necesarias para disminuir el riesgo de contagios masivos, han generado secuelas importantes en Educación, que requieren implementar una urgente intervención.

¿Qué es la deserción escolar?

La palabra deserción apunta al abandono, al término anticipado del ciclo escolar por diversas razones. Sin embargo, desertar, es una acción que implica una decisión frente a una realidad que no se puede sostener y, actualmente, el contexto aumenta el riesgo sobre todo para familias vulnerables, por lo tanto, sostener la normalidad ha sido extremadamente difícil para algunos.

Los factores que influyen son variados, pasan por el ámbito emocional, social y económico, donde los quintiles más bajos son los más golpeados. Es preciso aclarar que la deserción escolar no es una opción, es un resultado de múltiples situaciones que desembocan en un abandono inevitable de la vida escolar. Por este motivo, el términodeserción”, para algunos analistas, no conceptualiza con precisión lo que involucra abandonar el sistema educativo, por lo que han propuesto el término “exclusión”, ya que también se involucran dinámicas sociales excluyentes, no sólo es una conducta individual aislada.

Causas del abandono escolar

Esta realidad es más común en personas con dificultades socioeconómicas, con círculos de violencia intrafamiliar, con padres que han desertado también de sus procesos académicos, entre otros. No obstante, la pandemia ha incrementado las dificultades para continuar con una educación regular, ya que el contexto para asistir a clases se ha vuelto más engorroso e implica, en muchas ocasiones, contar con implementos que no necesariamente se encuentran en todos los hogares, como computadores y conexión a internet.

Aparte del aspecto económico, también está la desmotivación por aprender y por las clases online. Los niños se aburren, no entienden, no les gusta estar largas horas frente a una pantalla y no poder socializar con sus compañeros, por esto, la salud mental de los jóvenes ha resultado afectada significativamente con cuadros ansiosos y depresivos, cambios de humor, sentimientos de rabia y soledad. Como consecuencia, los niños no quieren conectarse a clases y los padres no quieren obligarlos y muchos de ellos, prefieren que su hijo o hija pierda el año escolar y vuelva cuando se reanuden con seguridad las clases presenciales.

Sumado a esto, ha aumentado el trabajo infantil o adolescente por la escasez económica que ha afectado a las familias y que necesitan cualquier ingreso posible. Además, el embarazo adolescente se ha elevado por las cuarentenas extensas impuestas en muchas comunas o ciudades por la gravedad de la situación sanitaria.

El ciberbullying también ha hecho lo suyo, ya que los niños y adolescentes deben utilizar con mayor frecuencia las herramientas digitales, el abuso físico y psicológico se trasladaron mayoritariamente a las redes sociales, afectando significativamente la salud mental y la motivación de las víctimas.

Consecuencias de la deserción y cómo enfrentarla

De no efectuar esfuerzos significativos para contrarrestar sus efectos, la clausura de colegios provocará un bajo nivel de aprendizajes, un incremento en la deserción y una mayor inequidad. La crisis económica que afecta a los hogares, agravará el daño, pues vendrá acompañada de menor oferta y demanda educativa. Estos dos impactos tendrán, en conjunto, un costo a largo plazo sobre el capital humano y el bienestar.

Algunas acciones que se pueden realizar:

  • El vínculo y el conocimiento de los casos críticos de los estudiantes en riesgo es clave para intervenir y prevenir un caso de exclusión.
  • Entregar las herramientas tecnológicas a los alumnos que no las posean, para que participen de las clases online. Esta medida en particular, ha sido escasamente implementada por los gobiernos o autoridades locales, ya que, hasta el día de hoy, muchos niños no tienen los recursos ni las ayudas necesarias para continuar sus estudios.
  • Los docentes pueden Intentar destinar un espacio de tiempo, diario o semanal, para dialogar con los educandos sobre los sentimientos y emociones que les produce el proceso de estudio en el hogar. Preguntarles qué temores, dudas, dificultades o expectativas tienen y cómo les gustaría a ellos que los apoyaran. Es importante oírlos con atención y proponer soluciones en conjunto.
  • Es importante conocer las diversas realidades que se presentan en un curso; pueden existir dificultades económicas, de interacción familiar, de salud mental, etc., que pueden influir en que un estudiante se conecte cada vez menos a las clases. Al detectar a tiempo, es necesario implementar un plan de intervención diseñado por el equipo escolar que permita disminuir o eliminar las barreras que interfieren el proceso educativo.
  • Conversar con las familias y los estudiantes sobre la importancia de la educación para el futuro, que logren comprender que los estudios son fundamentales para la superación personal.
  • Motivar los logros y valorar el esfuerzo por encima del resultado. Enseñar al educando que los errores son grandes oportunidades de aprendizaje y que tiene las destrezas para mejorar día a día. El sentimiento de fracaso influye directamente en la desmotivación por aprender, teniendo como consecuencia el abandono escolar.
  • Conformar un equipo escolar psicosocial encargado de intervenir en casos críticos que pueden desencadenar en la exclusión. Ante las señales de alerta, es fundamental tener profesionales que intervengan directamente en el caso.
  • Mantener un lazo fuerte y de confianza con las familias, para poder identificar las posibles problemáticas que influyen en las decisiones de los padres respecto a la educación de los hijos.

A pesar de la situación, si los países reaccionan con rapidez para apoyar el aprendizaje continuo, pueden mitigar el daño e incluso convertir la recuperación en una nueva oportunidad. En el contexto de la pandemia, es importante implementar políticas públicas para rescatar la Educación.

Antes de este escenario sanitario, los porcentajes de abandono escolar eran alarmantes; hoy, que han empeorado, es fundamental no volver al pasado e implementar estrategias más efectivas para la recuperación de la crisis educativa y atacar las problemáticas que se han exacerbado por la pandemia del Covid 19.


Fuentes utilizadas en este artículo:

https://formacionib.org/noticias/?Un-analisis-de-la-desercion-escolar-en-tiempos-de-pandemia

https://www.educarchile.cl/como-se-ha-abordado-la-desercion-escolar-en-pandemia


Acerca de la Autora

 

 

 

 

Gabriela Briceño Garay

Titulada con honores en Educación Diferencial (Chile), con Mención en Déficit Intelectual. Dentro de sus especializaciones y experiencias destacan el ser Especialista en Trastornos del Lenguaje y Dificultades del Aprendizaje, Jefatura Técnica Pedagógica y Coordinación de Programas de Integración Escolar, además de contar con un perfeccionamiento en Diseño Universal para el Aprendizaje y en Arteterapia. Actualmente cuenta con un Diplomado en Educación Inclusiva.


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