A raíz del contexto sanitario actual, es importante tener en cuenta el rol principal que cumple la escuela en el apoyo emocional de sus miembros y en contribuir al sano desarrollo de los niños, niñas y adolescentes. Una de las consecuencias de la pandemia, será la fragilidad o inestabilidad emocional y mental de los estudiantes y como nunca, se debe recordar y enfatizar el papel que juega un centro educativo en el desarrollo psicosocial de sus alumnos.
El desarrollo psicosocial en la escuela
La salud mental ha sido tradicionalmente definida como el bienestar psicosocial que acompaña la calidad del desarrollo de las personas. Después del hogar, la escuela es el contexto que ejerce una mayor influencia en el desarrollo integral del niño. En los últimos años, las estadísticas han demostrado un aumento en las cifras de la cantidad de población escolar con problemas importantes de salud mental y, lamentablemente, con la pandemia, estas cifras pueden crecer.
En la escuela, los principales aliados de la salud mental infantil y juvenil, deberían ser el profesor y el especialista, ya sea psicopedagogo, psicólogo o educador diferencial. En la medida en que estos puedan actuar y abarcar correctamente los aspectos de salud mental, se estará sacando provecho de los recursos humanos disponibles en los establecimientos, que siempre son escasos. Pero para esto, se deben entregar las herramientas y los espacios para poder intervenir efectivamente.
De esta manera, el especialista que trabaje con los docentes, podrá ser un vehículo de información para conocer algunos principios básicos de salud mental, que le permitan, fundamentalmente: detectar en forma precoz ciertos trastornos en el niño y abordar los problemas más simples.
El profesor, con asesoría de él o los especialistas, puede estar en condiciones de detectar posibles trastornos emocionales, conductuales y/o de aprendizaje en el estudiante. Incluso, muchas veces, al poseer las herramientas más especializadas, lo hacen más efectivamente que los padres.
Algunas condiciones ventajosas que permiten a un profesor identificar problemáticas de salud mental son:
- Poseen un contacto regular y continuo con el niño durante gran parte del día y por periodos prolongados de tiempo. Esto les permite conocer su conducta en una gama muy variada de situaciones, especialmente en el campo de las relaciones interpersonales.
- El maestro, al conocer conductas variadas por estar en contacto con tantos niños en el día tiene, en general, muchos más elementos de juicio comparativo que los padres o tutores que conocen sólo las conductas de su hijo, y quizás, no puedan diferenciar entre una conducta normal o patológica.
- A esto, debe sumarse el hecho de que, en los estratos socioeconómicos más bajos, el profesor posee un nivel cultural superior al de los padres de sus alumnos y cuenta, en muchos casos, con la oportuna derivación psicopedagógica o psicológica.
De esta manera, gracias a la intervención del profesor, y a la posterior atención especializada, existe la posibilidad de que la escuela sea un vehículo para hacer llegar un apoyo oportuno al niño y a su familia.
Indicadores que ayudan a identificar problemáticas emocionales o conductuales
Se pueden observar distintas conductas persistentes en el tiempo, que llamarán la atención del profesor o del especialista y que, detectándolas a tiempo, permitirá una mejor intervención:
- Inhabilidad para formar o mantener relaciones interpersonales satisfactorias con compañeros o con los profesores. Por ejemplo: aislamiento, agresiones, incapacidad para integrarse a un grupo, etc.
- Reacciones y sentimientos inapropiados bajo condiciones normales. Por ejemplo: reaccionar desproporcionadamente ante órdenes o peticiones comunes impartidas por el profesor o conductas impulsivas y exageradas frente a provocaciones triviales de los compañeros o también, inhibiciones extremas.
- Un aire general de tristeza o depresión constante.
- Tendencia a desarrollar síntomas físicos: dolores repetitivos en el cuerpo.
Un aspecto que ayuda bastante a detectar posibles problemáticas de salud mental, es la percepción de los mismos estudiantes. Con frecuencia, sus observaciones ayudan a dilucidar los cambios de conducta de un compañero, ya que les llamará la atención el comportamiento irregular que está demostrando un amigo y quizás lo comentarán con el profesor para entender lo que le pasa.
Causas frecuentes de consulta
Una causa frecuente de consulta, ya sea efectuada espontáneamente por los padres o, más frecuentemente, por requerimiento del profesor al especialista; es que el niño “no aprende”. Bajo este simple motivo de consulta, puede existir una gran variedad de causas:
- Pseudodeficiencia cognitiva: existen por lo menos tres grandes factores etiológicos que pueden redundar en un bajo rendimiento intelectual del niño, no explicable por una real deficiencia cognitiva: enfermedades crónicas o graves, desnutrición, dificultades auditivas o visuales, falta de estimulación, entorno social deprivado, un sistema nervioso central inmaduro y problemas emocionales. En estos casos la intervención comienza con identificar la dificultad, reconocerla y enfrentarla, tanto los padres como los profesores.
- Retraso lector: otra forma de presentarse el problema especialmente en los primeros años de escolaridad, es que el niño “no aprende a leer”. Como consecuencia de ello, resulta afectado el aprendizaje en todas las materias. En estos casos también influyen las condiciones socioambientales en donde se desenvuelve el estudiante, la deprivación de estímulos, y lamentablemente, el nivel socioeconómico.
Estas causas de consulta, en muchos casos, tienen origen en trastornos emocionales y una salud mental deficiente. Es fundamental indagar en este aspecto, para detener las consecuencias negativas que arrastra un problema emocional, y en la niñez el efecto en el aprendizaje y en el desarrollo integral del niño puede generar un retraso en todo ámbito.
Este aspecto de la salud infantil es primordial en la actualidad. La educación online o clases híbridas que se imparten hoy, dificultan la detección de problemas emocionales, tales como depresión, ansiedad, desmotivación, la influencia de problemas familiares de los que son testigos, tristeza por estar encerrados y otros.
Es importante generar instancias en donde el profesor o el equipo especialista pueda realizar acciones destinadas al trabajo emocional con los grupos de estudiantes. Pueden ser sesiones online con dinámicas grupales de bienestar emocional y de desarrollo psicosocial, entrevistas con los padres y entregar actividades para que puedan realizar en sus casas, para potenciar la autoestima y favorecer el aprendizaje.
Acerca de la Autora
Gabriela Briceño Garay
Titulada con honores en Educación Diferencial (Chile), con Mención en Déficit Intelectual. Dentro de sus especializaciones y experiencias destacan el ser Especialista en Trastornos del Lenguaje y Dificultades del Aprendizaje, Jefatura Técnica Pedagógica y Coordinación de Programas de Integración Escolar, además de contar con un perfeccionamiento en Diseño Universal para el Aprendizaje y en Arteterapia. Actualmente cuenta con un Diplomado (c) en Educación Inclusiva.
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