Cuando se comienza una mediacion familiar porque una pareja se separa, es muy importante tener muy claras una serie de premisas básicas, que si las partes implicadas no las tienen, es deber del mediador familiar trasmitírselas, y no hablamos de un deber real, sino de un deber moral.
Acciones del mediador familiar
Si se quiere que exista un entendimiento y un diálogo, la pareja deberá transformar las acusaciones en peticiones. Una acusación basada en el pasado se puede reconvertir en un deseo para el futuro, lo que disminuye el riesgo de una contraacusación de la otra parte.
También resulta útil saber que cuando el diálogo sobre un tema provoca intensas contiendas se puede plantear dejarlo provisionalmente y pasar a otro (preferentemente relacionado) y que no genere tanta disputa o incluso que tenga una fácil solución.
Reconducir el tema buscando elementos positivos es siempre garantía de éxito en una conversación. En cualquier momento del proceso el mediador puede interrumpir la conversación si observa que la situación se esta desbordando y no le gusta el giro que están tomando los acontecimientos.
Ya sabemos que un mediador familiar tiene que ser ante todo asertivo y tener empatía, aunque esta última no la muestre de manera muy abierta, porque nunca se debe posicionar ni por una parte ni por otra.
Muchas parejas inician su proceso de ruptura sin tener del todo claro que eso es lo que quieren. Lo habitual es que la ambivalencia la exprese uno de los dos, pero esto suele ser el síntoma de una relación en la que los planteamientos de ruptura no están siendo demasiado claros; uno de los dos se siente perseguido por el otro que, implacablemente intenta mantener la relación.
Durante el proceso de mediación es habitual detectar tácticas o estrategias que cada una de las partes utiliza para conseguir una posición más privilegiada. En ocasiones la propia decisión de ruptura es una maniobra de poder. Conseguir el rechazo de los hijos puede ser otra.
La mediación nunca resulta fácil, no todas las parejas colaboran, o si lo hacen no siempre es de la manera adecuada o no de la manera que espera el mediador, porque mediar en un conflicto tan intimo no es nunca tarea sencilla; el mediador familiar tendrá que ” aguantar ” desde su posición de poder determinadas conductas validas para el contexto que se está tratando, pero que no se podrían quizás tolerar en otros contextos. Y es que resulta menos costoso resolver los conflictos centrándose en los intereses.
Las partes tienen control sobre el proceso, pero la tercera parte tiene el control sobre los resultados.
¿La mediacion familiar debería ser un servicio al cual podrían tener acceso cualquier pareja con problemas?
¿Qué es más importante, el proceso o el resultado?
Formación relacionada
Técnico Superior en mediación familiar es una formación destacada dentro del área porque desarrolla habilidades en el profesional para indicar y definir pautas de intervención satisfactorias, en función de las necesidades de la familia en cuestión, con el objetivo de llegar a una resolución pacífica de los conflictos en el ámbito familiar.
Nesecito conservar una cita , dirección y valor de la consulta. Gracias