Hablar en público es posiblemente una de las cosas que más se temen cuando estás sentado en el pupitre. En los colegios e institutos la asignatura de lengua incide mucho en enseñar gramática y a no cometer faltas de ortografía. No tanto sin embargo en saber hablar en público, defender una postura o saber comunicarse mediante la palabra. Los padres y la educación en casa sin duda también tienen un papel importante en este aspecto.
Hablar en público: Comunicación, argumentos y soltura dialogando
Hablar en público es una habilidad que no todo el mundo tiene. No se enseña, ni se suele practicar en las escuelas. Quizás algo más en institutos y universidades porque algunas asignaturas requieren hacer una exposición de trabajos al resto de compañeros. Y es ahí cuando algunas personas lo pasan realmente mal. Porque no están acostumbradas a hacerlo, se ponen excesivamente nerviosos ante la posibilidad de fracasar, de olvidarse del discurso preparado. En definitiva, ante la perspectiva de realizar una práctica poco estudiada.
Y es que hablar, tener un discurso elaborado, ya sea público o privado, para defender un trabajo o una opinión personal, debería ser materia de estudio desde el colegio. Se habla incluso de que es un tema de desigualdad social. Los niños de familias más privilegiadas suelen acudir a colegios que les ayudan a mejorar su expresión oral y dar lo mejor de sí mismos. Contando también con esta ayuda familiar tan enriquecedora, donde sus progenitores tendrán un discurso bien elaborado y dispondrán de herramientas sociales adecuadas.
A la vez el poder tener una mejor expresión oral les brindará acceso a mejores puestos de trabajo, porque son capaces de negociar. Cuando los niños llegan al colegio, su forma de hablar se basa en la experiencia que han tenido en casa y eso varía mucho de unas familias a otras. No tienen por qué haber aprendido las herramientas que necesitan. Es en la familia donde aprenden a hablar, donde se dan sus primeros diálogos.
Hablar en público: el reto del colegio y los padres
La lengua que experimentan será la base de lo que son capaces de expresar. Puede que nunca hayan escuchado una conversación de calidad, bien construida y con argumentos ordenados. O que no les hayan pedido que expliquen sus ideas de forma clara.
Muchos padres no les animan a intentarlo. Y esto es algo que suele estar asociado a una desventaja socio-económica. Algunos niños serán muy buenos incluso respetando los turnos de palabra, otros sentirán miedo de tener que hablar en público. Para muchos de ellos, la escuela será la oportunidad para desarrollar una oratoria propia. La forma en la que aprenden a hablar depende, en muchos casos, de la manera en que el docente se dirige a ellos.
El lenguaje es fundamental, pero en las escuelas se enseña sobre todo gramática, a no cometer faltas ortográficas. Lo cual está muy bien, puesto que el lenguaje engloba también esos aspectos. Pero se debería dar una revisión a estos otros. Porque escribir bien un discurso, unido a saber defenderlo sería la situación perfecta.
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¿El lenguaje influye en el rendimiento escolar?
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