En la etapa más difícil del crecimiento, la adolescencia, un tutor en la vida escolar será de gran importancia y ayuda. Como dice la palabra “Adolescente”, el niño a esa edad “adolece” de muchas características que las irá adquiriendo a lo largo de la vida. Según sea su formación, en la casa y colegio, serán esas características o rasgos de su personalidad. El tutor es un apoyo tanto para el alumno como para los padres, ya que a veces y por lo general, los hijos no le cuentan a sus padres sus problemas o temores. El tutor debe poseer ciertas características en su personalidad para saber llegar al alumno y ganarse su confianza.
Importancia del Tutor para el adolescente
Durante la adolescencia surgen muchas preguntas e inquietudes que no siempre encuentran respuesta, es una época convulsa, con cambios de humor y manera de pensar, con problemas que dificultan el día a día, y en donde la mayoría de los adolescentes que pasan por ello no encuentran el apoyo necesario; es por ello que en ocasiones el centro escolar donde se encuentren matriculados se convierte en un buen aliado, tener profesores que hablen con los alumnos, que sepan entender lo que les ocurre. Es un periodo complicado, demasiado mayores para ser niños y demasiados pequeños para ser adultos; encontrar el equilibrio en esta combinación no es sencillo.
Función del tutor
Cuando entró en vigor la LOGSE, mediante la cual se establecía un nuevo sistema educativo, en el cual con 12 años se comenzaran unas enseñanzas que en la mayoría de los casos se impartían en los institutos, repercutió de manera indirecta en la manera de madurar de los alumnos, puesto que se asocia ir al instituto con ser mayor, cuando realmente son niños grandes que aún no han encontrado su lugar. Su tutor les puede ayudar mucho en este aspecto, es una figura que a lo largo de los años ha ido cobrando más y más fuerza, ya no es tan solo un profesor más, sino que será el punto de referencia para el alumno y su familia. Sus funciones deberán ser complementarias a las que realizan los padres o cuidadores, reforzando la personalidad del alumno, mediante la toma de decisiones, el respeto hacia los demás y el conocimiento de uno mismo.
Muchos padres se plantean llevar a sus hijos adolescentes a un psicólogo, porque no saben qué les ocurre y tampoco existe un dialogo entre ellos. Para los menores, sus padres serán siempre sus padres, por muy cercanos y comunicativos que sean, pero la figura de autoridad que representan seguirá latente siempre; con sus profesores ocurrirá lo mismo, pero son figuras más neutrales, que no conviven con ellos en el núcleo familiar, y por ello las tutorías pueden servir para que el alumno se sincere y exprese todo aquello que le ocurre.
Evidentemente, no podemos esperar que esto ocurra en las tutorías grupales, por lo menos no en las primeras, pero, poco a poco y si se ve amparado por el grupo, vayan cogiendo más protagonismo aquellos que son más tímidos o más cerrados a la hora de expresar emociones. Que el tutor comience contando como vivió él esa etapa, como han cambiado los tiempos, cuál es su punto de vista de la vida en general, ayudará a que los adolescentes comiencen a verlo como alguien con el que pueden contar, no como un amigo evidentemente, pero sí como un apoyo dentro del sistema educativo, donde tanto se les exige que llegan a pensar que no hay más que hacer en el instituto que estudiar y asistir a clase.
¿Es demasiado pronto 12 años para pasar del colegio al instituto?
¿Qué piensas de los centros educativos donde se imparte primaria y secundaria?
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