¿Los niños de ahora juegan al “pillarse”, a las “escondidas” o “saltar la cuerda”? No, seguramente son muy pocos los niños que juegan al aire libre. Pueden ser muchas las razones, en este artículo te contamos algunas. Incentiva a tus hijos a salir a jugar a parques y plazas.
Hábitos poco saludables en los niños
Según la Asociación Española de Pediatría (AEP) los niños del siglo XXI pasan poco tiempo en contacto con la naturaleza y jugando al aire libre, perdiendo los beneficios que esto conlleva, y fomentando hábitos poco saludables como el sedentarismo. Si vamos un poco más allá diremos que hay estudios que demuestran una relación entre esta falta de tiempo en contacto con la naturaleza para luego empezar a consumir alcohol y drogas a edades más tempranas. Un niño que salta y juega en el exterior será un niño más sano y que reducirá sus problemas de conducta, si los tuviera, porque encerrado en casa entre cuatro paredes hará que su carácter sea como una olla a presión.
Y es que nuestro nivel de vida, el día a día, nos van llevando, y entre el tiempo que pasan en el colegio, en actividades extraescolares, y con las bajas temperaturas en el invierno, sin darnos cuenta nuestro hijos pasan una media diaria de 20 horas en espacios cerrados. Visto así asusta un poco, puesto que es prácticamente la totalidad del día, ocurriendo esto con más frecuencia en ciudades grandes, donde quizás hay menos opciones de salir al exterior o donde las distancias son tan grandes que requieren un esfuerzo extra para desplazarse.
Beneficios de jugar al aire libre
Y es que los niños que juegan al aire libre se ven libres y sin ataduras, sin normas para jugar, pudiendo hacer cosas que no hacen si están encerrados entre cuatro paredes; es muy triste observar a los niños de hoy, que parece que no saben jugar, o aún peor, que han perdido la capacidad de inventar juegos. Son niños con altas habilidades en tecnología, en manejo de móviles y tablets, pero poca habilidad para relacionarse más allá de sus compañeros de clase o la gente con la que coinciden habitualmente.
El nivel de exigencia en los colegios y la necesidad de realizar actividades extraescolares de todo tipo tampoco ayudan a fomentar jugar en el exterior, estando los niños desde edades tempranas atados a unas obligaciones impuestas por los adultos, tan vacías como innecesarias, queriendo hacer a los niños mayores antes de tiempo, huyendo ellos de esa presión en la preadolescencia a través del alcohol y otros hábitos poco recomendables para su edad.
Cierto es que nuestras calles y parques tiene hoy más inseguridades que hace 20 años, pero tampoco es excusa para no disfrutar de un tiempo en el exterior, porque tampoco es conveniente que ellos noten que un vacío de control parental, está bien darles responsabilidades e ir soltando poco a poco el hilo que nos ata a ellos, pero seguir observando aunque sea en la distancia, sus juegos y ocurrencias. Un niño que se ve demasiado libre tendrá más posibilidades de acabar haciendo cosas impropias de su edad. Lo cual nos hace plantearnos que hemos pasado a vivir una vida de extremos, de antes mucho y ahora nada, trasmitiendo esto a nuestros menores.
¿Juegan los niños fuera de casa cómo hace unos años?
¿Qué motivos hay para que no lo hagan?
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