Tener un trabajo hoy en día no asegura una bonanza económica; cada vez son más las familias cuyos dos progenitores trabajan pero que tienen ciertas dificultades para afrontar todos los gastos que tienen.
La situación se agrava con los hijos, puesto que la conciliación de vida familiar y laboral en España no es nada fácil, y existen pocas actividades gratuitas. El principal problema es cuando los niños tienen vacaciones escolares y ninguno de los dos padres pueden dejar de trabajar, ni tienen a nadie que se haga cargo de ellos durante ese periodo. Hoy en día existe mucha oferta de campamentos, actividades, ludotecas…pero todas estas actividades tienen un coste que en ocasiones los padres no pueden asumir a pesar de trabajar.
Si son niños “mayores” en la mayoría de ocasiones se quedaran solos en casa, durante horas, expuestos a infinidad de peligros y amenazas. Son niños con una llave colgando y con una gran carga, pues no dejan de ser niños y siempre seguirán necesitando un adulto a su lado. Porque la decisión de dejarlos solos dependerá en la gran mayoría de los casos por la edad, creyendo que con 11-12 años ya son lo suficientemente maduros para afrontar esas horas de soledad. Pero es una edad critica, de muchos cambios hormonales que afectan al niño, y verse solo, con toda la casa para ellos, seguramente con algo de dinero que sus padres le hayan dejado para hacer alguna compra… Son demasiadas cosas a favor si lo que quieren es empezar a consumir drogas y estar con “malas” compañías, sin ningún adulto que controle a que hora entran y salen o donde van.
Cierto es que si son cosas que quieren hacer las acabaran haciendo a pesar del control paterno, pero de esta manera lo tendrán más fácil, sin apenas dar explicaciones. Esto no es una situación nueva, siempre ha existido, solo es que se ha visto agravada con la crisis y las precarias condiciones económicas y laborales que tienen algunos trabajadores, los cuales no les queda más remedio que trabajar para llegar a final de mes, pero sin la manera de poder dejar a sus hijos en manos adultas mientras lo hacen.
Y es que hay algo peor que no tener trabajo, y es tenerlo y no poder afrontar los gastos de la familia, puesto que los principales perjudicados serán los niños; el darles responsabilidades de adulto no les hará madurar de golpe, se pueden ir pactando con ellos una serie de medidas o situaciones en las cuales se les dejara ir solos, por ejemplo, pero siempre bajo la atenta mirada de los progenitores. Porque ellos también necesitan esa supervisión adulta, a pesar de que protesten por ella; si nadie les da esas pautas de horarios, comidas, entradas y salidas, optaran por marcar las que les parezcan, sin límites ni normas, expuestos a todos los peligros externos del amplio mundo que les rodea.