Según la OMS (Organización Mundial de la Salud), la obesidad en niños ha sido clasificada como una prioridad dentro de las enfermedades no transmisibles.
Veamos en detalle, las recomendaciones que a juicio de esta gran organización, previenen esta grave enfermedad.
El preocupante crecimiento de la obesidad infantil en el mundo
La OMS señala fuerte y claro que “la obesidad en niños está tomando proporciones alarmantes en muchos países y supone un problema grave que se debe abordar con urgencia“.
Los resultados del estudio arrojaron que la situación en Europa es alarmante para los menores de 5 años en cuanto al sobrepeso.
Lo más terrible de esta situación es que ha aumentado el número de niños que van camino a ser obesos, incluso ya clasificados así antes de nacer.
Lo que se ha detectado en los últimos años, es que la desnutrición infantil ha jugado un rol preponderante para definir que esos niños tienen mayor riesgo de padecer obesidad en su niñez, ya sea por las pautas alimentarias o por la poca actividad física que mantienen.
Se señala además que hay una relación proporcional entre el nivel socio económico del niño y de la posibilidad de que sea obeso a temprana edad. Aunque en algunos países de ingresos altos, se da el escenario en que los niños de grupos socio económicos más bajos son los que más tienen obesidad, también se encuentra la otra situación contraria, sobre todo en países con una situación de transición como la inmigración, teniendo muy poca información nutricional de entrada en la cultura de ese país.
“En cifras absolutas hay más niños con sobrepeso y obesidad en los países de ingresos bajos y medianos que en los países de ingresos altos”
Factores que ayudan al sobrepeso del niño
Se pueden resumir 2 grupos de factores:
- Acceso muy fácil para el niño a un entorno obesogénico (malsano, no propicio para un niño).
- Respuestas conductuales y biológicas inadecuadas para ese entorno definido anteriormente.
Estos 2 factores resumen la importancia de las influencias sociales que reciben las personas en cuanto al concepto de nutrición, dando muchas veces curso a una vida totalmente errada de lo que es realmente sano.
El entorno obesogénico es producto de la mundialización y urbanización que se ha desarrollado en todos los países, donde se incentiva directamente a la comodidad o sedentarismo y no a ejercitar el cuerpo. Edificios con ascensores, muchos autos o motos, escaleras mecánicas, y comida “al paso” o “fast food”, se presentan como los factores más perjudiciales para promover la obesidad desde muy temprana edad, siendo el último factor el más riesgoso.
9 Recomendaciones para combatir la obesidad en la infancia
Dado que se ha comprobado que la obesidad en niños se da por factores biológicos y contextuales, y no por una decisión voluntaria de estilo de vida en la etapa infantil, es una obligación social de todos nosotros tratar de luchar contra este grave problema en la sociedad y que afecta enormemente la calidad de vida de nuestros niños.
Se recomienda de manera general que sea en el periodo de la lactancia materna, cuando se inicie la prevención, siendo exclusiva durante los primeros seis meses de vida. Una vez que se incorporan los alimentos sólidos al bebé, se debería:
- limitar la ingesta calórica total de grasas y azúcares;
- incrementar el consumo de frutas, vegetales, legumbres y cereales integrales;
- asegurar que los lactantes y niños pequeños tengan oportunidades de moverse sin límites y que los niños mayores de cinco años realicen actividad física periódica (ideal unos 60 minutos al día).
Las principales recomendaciones que la OMS ha estado haciendo desde el año 2016 son las siguientes:
- Garantizar la elaboración de información y directrices sobre nutrición adecuadas y adaptadas a contextos específicos, tanto para adultos como para niños, y su difusión por medios sencillos, comprensibles y accesibles para todos los grupos de la sociedad.
- Establecer un impuesto eficaz sobre las bebidas azucaradas.
- Aplicar el Conjunto de recomendaciones sobre la promoción de alimentos y bebidas no alcohólicas dirigida a los niños, con objeto de reducir la exposición de los niños y los adolescentes a la promoción e influencia de los alimentos malsanos.
- Elaborar perfiles de nutrientes para identificar los alimentos y bebidas malsanos.
- Impulsar la cooperación entre los Estados Miembros para reducir los efectos de la promoción transfronteriza de bebidas y alimentos malsanos.
- Poner en marcha un sistema mundial normalizado de etiquetado de nutrientes.
- Poner en marcha un etiquetado del frente del envase fácil de interpretar apoyado en la educación del público para que tanto los adultos como los niños tengan conocimientos básicos en materia de nutrición.
- Exigir que en entornos como escuelas, centros de cuidados infantiles e instalaciones y eventos deportivos frecuentados por niños se creen ambientes de alimentación sana.
- Incrementar el acceso a alimentos sanos en grupos de población desfavorecidos.
Más allá de estar de acuerdo con la totalidad de estas recomendaciones, o alguna de ellas, el hecho de iniciar una prevención como estilo de vida es lo que organizaciones como la OMS y otras relacionadas con la nutrición infantil, recomiendan realizar con conciencia y responsabilidad.
Sobre todo, que este problema sanitario debiese ser una tarea de cada Estado, entregando lo necesario a cada población para que los niños accedan a ambientes sanos y de calidad.
¿Cuáles son las consecuencias sanitarias de la obesidad en niños?
Lamentablemente, por estadísticas mundiales, los lactantes y niños obesos seguirán siendo obesos en la edad adulta y, por lo tanto, tendrán más probabilidades de desarrollar diversos problemas de salud en la edad adulta.
Algunas de estas consecuencias en la salud son:
- cardiopatías
- resistencia a la insulina (con frecuencia es una señal temprana de diabetes inminente)
- trastornos osteomusculares (especialmente artrosis, una enfermedad degenerativa muy discapacitante que afecta las articulaciones)
- algunos tipos de cáncer (endometrio, mama y colon)
- discapacidad
El tema de la obesidad infantil no tiene un sólo consenso a nivel mundial, esto quiere decir, que no todos los países tienen el mismo enfoque en cuanto a las acciones a desarrollar para la prevención de este problema grave sanitario en los niños.
Esta es la principal razón de por qué no es tan fácil erradicar esta enfermedad siendo que toda la información pública disponible señala lo grave que resulta tanto para niños como adultos.
¿Qué se necesita para cambiar la mentalidad de la población en cuanto a este problema mundial?
No esperemos que la obesidad en nuestros niños sea la principal causa de muerte, ¡actuemos hoy!
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