Cuando hablamos de alimentos saludables tendemos a demonizar algunos alimentos, eso pasa especialmente con la leche entera, pensamos que con cambiarla por semidesnatada o desnatada podemos seguir comiendo igual y conseguir pérdidas considerables de peso.
Lo primero que voy a detallar es la diferencia en composición nutricional de los 3 tipos de leche en función de su contenido en grasa, no he tenido en cuenta la diversidad de oferta que hay en el mercado de modificaciones en las grasas lácteas al añadir aceites de origen vegetal.
- La leche entera, tiene un contenido en materia grasa de un mínimo de un 3,5%, es decir, que si nos bebemos un vaso de 200 ml nos aportará 7 gramos de grasa.
- Leche semidesnatada, tiene un contenido en materia grasa entre 1,5 y el 1,8%, es decir, que si nos bebemos un vaso de leche de 200 ml nos aportaría como mucho 3,6 gramos de grasa.
- Leche desnatada, cuando su contenido en materia grasa es menor a 0,5%, es decir, que si nos bebemos un vaso de leche de 200 ml como mucho nos aportaría 1 gramo de grasa.
El aporte de proteínas, hidratos de carbono, sales minerales y vitaminas del grupo B, que son hidrosolubles, son similares.
La eliminación de la grasa de la leche, en su desnatado, conlleva la eliminación de las vitaminas liposolubles (que están en la porción grasa de la leche). Estas vitaminas A y D, no permanecen por tanto en la leche desnatada. Hay gran controversia sobre su presencia en la leche semidesnatada, ya que en muchos casos aparece añadida como ingrediente adicional, o lo que es lo mismo, primero se quita la grasa y luego se adicionan las vitaminas que forman parte de ella.
- ¿Justifica esa cantidad de grasa, que dejemos de consumir un alimento a pesar de la perdida de vitaminas tan importantes como la Vitamina D? En la mayoría de los casos, no.
La clave de una alimentación más saludable y equilibrada no se puede centrar solamente en un alimento, sino en el conjunto de alimentos, su modo de elaboración, …, es decir de la cantidad y calidad de la misma.
Podemos tener una dieta equilibrada e incluso bajar de peso comiendo alimentos completos como la leche entera, mientras mantengamos una proporcionalidad en la ingesta.
En el mercado abundan variantes desnatadas de productos lácteos, por ejemplo la leche condensada desnatada, rica en hidratos de carbono, pero claro sin grasa.
Es habitual y bastante absurdo ser excesivamente estricto con algunos alimentos y por el contrario, somos capaces de consumir alimentos como bebidas alcohólicas de alta graduación, refrescos azucarados, bollería y especialmente “fast food”.
Ante todo, mucha lógica y sentido común.
¿Qué tipo de leche consumes?
Sabiendo esta información…¿consumirías leche entera nuevamente?