Un factor importante para conseguir una alimentación equilibrada en muchas personas es controlar la ansiedad con la que comen. La ansiedad provoca comer compulsivamente. El problema no es tanto la comida sino la ansiedad.
Si la persona tiene angustia y/o aburrimiento y/o tristeza, lo que se busca con la comida es una satisfacción ante las emociones negativas o preocupaciones.
Y el paciente lo expresa así: “Cuando me siento nervios@ me da por comer“. “O solamente consigo calmarme después de comer”.
En estos casos, lo primero es saber la causa, ya que la comida solamente es el instrumento, se convierte en una forma de aplacar la ansiedad, en una forma de mitigar las sensaciones de nervios y tensión. Comer para tranquilizarnos, hará que cada vez sintamos más ansiedad y comamos más. Comer demasiado es un síntoma y no la causa.
Lo ideal es ir al origen del problema, a como gestionamos y planteamos nuestra vida (familia, trabajo, etc.); además conviene buscar otras alternativas para disminuir y aliviar nuestro malestar; por ejemplo: un baño relajante, meditar, practicar deporte, etc.
Cómo controlar la ansiedad por comer
Lo más importante como lo he mencionado, es buscar la causa del estrés, malestar o tensión. No se trata de encontrar algo que nos quite el hambre sino averiguar porqué comes tanto.
¿Qué puede ayudarnos a controlar la ansiedad que nos impulsa a comer en exceso?
- Escucha a tu cuerpo. La persona que come por ansiedad, sea consciente o no, tiene algo en su vida que le provoca malestar e intenta aliviarlo con la comida. A veces, se sabe qué ocurre pero no se quiere reconocer, buscar el origen y emprender un camino es el primer paso.
- Respira lenta y profundamente.
- Realiza ejercicio físico ayuda a descargar las tensiones y a oxigenarse con lo cual disminuye la ansiedad por la comida.
- Maneja eficazmente tus preocupaciones. Cambia actitudes negativas, intenta ser una persona más resolutiva y optimista en tu vida diaria.
- Organízate y planifica estratégicamente tú día a día.
- No hagas dietas demasiado restrictivas. Comer es un placer, es necesario disfrutar de la comida. Los sentimientos de culpa ante la comida llevan a sentir más ansiedad y tienen el efecto contrario.
- Aprecia y valora los aspectos positivos de tu vida, obtener placer con otras actividades distintas a la comida.
RECOMENDACIONES NUTRICIONALES
- Reducir excitantes como el café, té, azúcar, chocolate, etc. que sólo agravarán el problema. Sustitúyelas por agua, zumos o infusiones.
- No dejar muchas horas sin comer y en cada toma comer en menos cantidad, para evitar sentir mucha hambre y desencadenar la ansiedad por la comida y comer compulsivamente.
- Comer despacio, ingerir los alimentos masticando lentamente.
- Servirse en el plato, nada de ir picando.
- Desde la compra al almacenamiento tener en cuenta lo que compramos.
- Evitar el descontrol al comer. No saltarse ninguna de las comidas.
- Añadir alimentos ligeros y saludables (una pieza de fruta, yogur, etc.) a media mañana y a media tarde.
- Planificar las comidas, no dejar lo que vamos a comer en manos de la improvisación, así es más fácil tener controlado lo que queremos comer.
Si consigues controlar tu ansiedad no necesitarás comer para tranquilizarte.
¿Sufres de ansiedad?
¿Te cuesta dejar de comer cuando estás nerviosa o triste?
Me ha encantado. Es una realidad que pocas veces somos conscientes y así llevarlo a la práctica.
Así es Isabel, la ansiedad es más común de lo que uno imagina, y tanto hombres como mujeres la padecemos en algún momento de nuestra vida. Lo importante es tratar de ganarle a la mente y controlarla. Te enviamos un abrazo. Saludos
Muy bueno Elena me ha gustado mucho y tienes toda la razón
Gracias Pilar por tu comentario y espero puedas seguir leyendo mis sugerencias que tienen como objetivo solucionar y facilitar un poco el tema de la alimentación cuando se mezcla con las emociones. Saludos
Muy buen artículo, gracias por tratar este tema. Me parece un problema muy serio este de comer por ansiedad, y es muy importante tener las herramientas para reconocerlo y combatirlo. ¡Un saludo!
Efectivamente. Al final, la mejor solución posible es desarrollar habilidades internas de gestión emocional. Así no nos vemos obligados a recurrir a un gestor externo como la comida.