Cómo comer sin remordimiento

Comer es necesario y es uno de los grandes placeres que tiene la vida porque además es fundamental para tener salud. Aquí te mostraremos cómo disfrutar comer sin tener ese remordimiento de conciencia al hacerlo.

Controlar esa terrible hambre

Hay personas que tienen que comer hasta 5 o 6 veces al día, otras no. Pasar hambre nunca es bueno, ni  tampoco es aconsejable comer de manera insuficiente y luego estar picando después,  porque tenemos hambre y no tenemos suficiente energía. 

¿Quién después de una comida insuficiente al poco tiempo no tiene necesidad de picar? Y cuando eso ocurre, ¿qué solemos comer? Algo que nos sacie rápido y sea especialmente placentero (galletas, bollería, dulces, aperitivos salados, …) muchas veces acompañado de un refresco o zumo rico en azúcar.

Equilibrio al comer

No se puede prescindir de ningún nutriente al comer.

Cada vez hay más dietas que limitan los hidratos de carbono. Pero hay órganos como cerebro que los necesitan. Si el nivel de azúcar en sangre se sitúa por debajo de 50 – 45 miligramos por decilitro, no nos encontramos bien, el cuerpo nos manda señales, sentimos dolores de cabeza, mareos, …

Pero los hidratos de carbono, que consumimos en exceso,  acaban convirtiéndose en grasas y provocando aumento de peso, obesidad, entre otras consecuencias.

La carencia de proteínas debilita el sistema inmunológico, la capacidad de crecimiento y regeneración  de tejidos, la producción de hormonas  y disminuye la musculatura.

Es especialmente frecuente en el caso de mujeres que están a dietas que restringen demasiado su alimentación que acaban disminuyendo su masa muscular provocando el temido efecto yoyó.

Demasiadas proteínas a la vez perjudican a los riñones, hay que dosificarlas a lo largo del día, en las diferentes comidas (desayuno, comida, merienda y cena).

Sin grasas no tenemos los AGE (Ácidos Grasos Esenciales),  ni podemos absorber las vitaminas liposolubles (A, D, E y K), imprescindibles para nuestro normal funcionamiento.

Comer es dar al cuerpo lo que necesita para poder funcionar correctamente, pero implica unos mínimos y una variedad, incluir los diferentes grupos de alimentos.  Esto se complica en caso de patologías (alergias, problemas digestivos, renales, …), si no es nuestro caso no nos compliquemos y aprovechemos para comer la gran variedad de alimentos que nos ofrece la naturaleza.

No hay que tener miedo a comer, como no hay que tener miedo a todo lo que nos da alegría y fuerza a lo que nos permite superar con energía nuestras tareas del día a día. Hay que llenar de combustible el depósito del vehículo si queremos realizar un largo viaje.

El sufrimiento de estar en dietas

Existen muchas personas sometidas a numerosos regímenes de adelgazamiento o dietas de moda donde se observa el “control constante” que experimentan. Sufren, se privan, ven limitada su alimentación a dietas mínimas, monótonas y llenas de productos procesados supuestamente adelgazantes, pero no siempre es así. Si quiero fibra es preferible consumir verduras y hortalizas a una galleta integral.

No siempre por estar más delgado se está más sano que otra persona con mayor peso.

Hay que aprovechar la gran variedad de alimentos que tenemos a disposición, en ellos  podemos encontrar todos los nutrientes que necesitamos, pero también identificar aquellos que nos pueden provocar problemas graves de salud.

NUNCA ANTES hubo una selección tan grande de comida rica y sana, pero hay que elegir bien e intentar comer los alimentos mejores para cada uno de nosotros.

Os invito a una reflexión ¿Qué ocurre si a una fábrica no le suministramos materias primas que necesita o en las cantidades necesarias?

¿Controlamos adecuadamente lo que comemos? ¿En qué nos basamos? 

¿Nos guiamos demasiado por las dietas de moda, por el perder peso rápidamente sin tener en cuenta nuestra salud?

Se quiere perder peso, especialmente de algunas zonas del cuerpo, sin aumentar nuestra actividad física y muchas veces cuando no tenemos un peso adecuado, lo que es francamente muy difícil.

En muchos casos seguimos dietas insuficientes para aportar todos los nutrientes esenciales que cada una de las partes de nuestro cuerpo necesita en cantidades suficientes. Y NO IMPLICA QUE ESTEMOS DELGADOS, más bien al CONTRARIO, la mayoría de los casos de sobrepeso y obesidad se producen en personas con carencias en nutrientes esenciales (vitaminas, minerales, algunos aminoácidos y los AGE).  A mayor restricción mayores carencias y no siempre acompañadas de pérdida de peso.

El exceso de un nutriente no va a compensar las carencias de otro, más bien lo contrario; pero va a provocar que las células hambrientas reclamen más comida. Un mineral no se puede convertir en otro. Por ejemplo el calcio no se puede convertir en hierro, oro, etc.

Queremos tener un cuerpo perfecto, con las medidas perfectas, pero no siempre le aportamos todos los nutrientes que el necesita.  Intentamos acallar el hambre y la sed.

Pero no sirve cualquier alimento para verdaderamente alimentarnos, la idea es aportar a cada una de nuestras células lo que necesita.

• Los cereales no proporcionan suficiente hierro ni proteínas.
• La leche es pobre en hierro.
• El azúcar no nos aporta ningún nutriente esencial.
• La carne no nos aporta los ácidos grasos esenciales que si nos aportan los pescados azules.
• El pescado  no se puede considerar una buena fuente de vitamina C.
• El aceite de oliva no tiene proteínas.

 

 

Para poder aconsejar y hablar de la importancia de los alimentos y cuáles son los más convenientes en tu dieta o el resto de personas que te rodea, lo ideal es especializarse en el área, por ejemplo, estudiando un Técnico en Nutrición, que es un título de la Universidad de Nebrija y que permitirá al alumno conocer el valor nutricional de los distintos alimentos y adquirirá conocimientos en anatomía, fisiología, fisiopatología y dietoperapia.

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