Analizamos la composición de ambos aceites para comprobar qué efectos provocan en nuestro organismo.
Usamos ambos para cocinar, aunque las diferencias de precio son más que evidentes a la hora de mirar el litro de cada uno. Dentro de la dieta mediterránea, y dentro de prácticamente cualquier plato que se cocine en España, nunca falta el uso del aceite. Para freír, para rehogar o para hacer casi de todo, este líquido se ha convertido en uno de los ingredientes clave de nuestra gastronomía.
Pero, como pasa con todo, no hay un solo tipo de aceite. Los más usados en nuestro país, con diferencia, son el aceite de oliva y el de girasol, dos productos distintos que tienen fines parecidos, pero que cuentan con una diferencias realmente importantes, sobre todo a nivel nutricional (y también económico).
¿Qué es lo que realmente los diferencia?, ¿por qué se dice que el aceite de oliva es mucho más sano que el de girasol? Son muchos los nutricionistas que han abordado esta incógnita para resolverla, llegando a conclusiones que pueden resultar bastante contradictorias a lo que afirma la sociedad.
La primera diferencia está a nivel calórico. Las calorías del aceite de oliva se ubican en torno a las 900 por cada 100 gramos de este, mientras que las del aceite de girasol oscilan por los 880 por cada 100 gr. Parece que, en este campo, al menos la propuesta más barata es la saludable, pero no es así.
Los dos están compuestos, en su práctica mayoría (un 99,9% para ser exactos) de grasa; sin embargo hay matices. En primer lugar, el de oliva tiene más ácidos grasos monoinsaturados; mientras que el de girasol da la mayoría a los poliinsaturados. Por otra parte, el primero consta con una mayor cantidad de grasas omega 3 y, curiosamente, el de girasol contiene más vitamina E, lo que le proporciona un mayor efecto antioxidante en el organismo.
La creencia popular es que el aceite de oliva otorga muchos más beneficios que el de girasol, algo que también se deriva de la diferencia de precios entre ambos. No obstante, sobre el papel vemos que este último también tiene ciertas cualidades beneficiosas para nuestro cuerpo, sobre todo para el mantenimiento de nuestras defensas. Son productos diferentes que debemos introducir alternamente en nuestra dieta para tener una alimentación realmente equilibrada.
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