La importancia de la digestión

5 sugerencias para mejorar tu digestión

Qué importante es la digestión para tener una buena salud. Teniendo una alimentación sana y equilibrada lograremos tener una buena digestión.

La importancia de la digestión

Datos sobre la digestión que son muy importantes y muchas veces no tenemos en cuenta. En general, a mayor variabilidad de nutrientes tenga un alimento, más fácil es su asimilación, pues los nutrientes de diferente tipo se complementan para favorecer su absorción.

Con la digestión ocurre al contrario, cuánta menor es la variedad de nutrientes de un alimento, se digiere más fácilmente, pues no se van a tener que sintetizar tantos tipos de jugos gástricos y enzimas para su digestión. De eso se aprovechan las dietas que incluyen solamente un nutriente en cada comida o toma. Si solamente incluimos proteínas, grasas o hidratos de carbono, la absorción es menor, con lo cual “no se engorda”.

Lo ideal es seguir una dieta que favorezca que tanto la digestión como la absorción puedan realizarse de la mejor manera posible.

1. La predigestión o Digestión preoral

Aunque no seamos conscientes, basta con saber lo que vamos a comer y empieza la preparación del cuerpo.  Si además lo percibimos por algún sentido (olfato, vista,…), nuestra mente empieza a trabajar. La visión del alimento y su olor estimulan la secreción de todos los jugos digestivos necesarios. Por eso, cuando estemos sentados a la mesa, conviene que nuestra atención se centre en la comida, pues de lo contrario la digestión se resentirá.

¿Cuántas veces comes delante de la televisión, trabajando con el ordenador o hablando por teléfono, contestando mensajes?

La real importancia de la digestión

2. La Masticación

Al masticar, el alimento se machaca y se envuelve con la saliva, gracias a las enzimas y su pH, empieza la digestión de los hidratos de carbono. Al trocear suficiente la comida se ayuda a que los jugos digestivos sean más eficaces. Una buena masticación permite que la salivación sea mayor, aumentando la secreción ácida estomacal posterior.

Del grado de masticación depende que las glándulas salivales, funcionen a su máximo potencial. Cuando masticamos poco el alimento, esas glándulas no alcanzan a segregar suficientemente.

Por tanto, una masticación profusa y tranquila, que garantice una importante secreción salival, es un factor básico a la hora de digerir los alimentos. Nos aseguramos que la digestión empiece bien desde el punto de vista mecánico como bioquímico. Cuánto más mastiquemos los alimentos, más fácil será su digestión y por tanto, menos energía necesitaremos en las siguientes fases. Es interesante recordar que muchos reptiles engullen el alimento. La masticación es un signo de evolución, y cuanto más mastica uno, más consciente es del mundo en que vive, del aquí y el ahora.

3. El Estómago

Las secreciones estomacales, tienen un pH de 2 o 3, son más ácidas cuánto más alcalino sea el alimento que llega. En el estómago se empiezan a digerir las proteínas. Las cadenas de proteínas se desmenuzan en pequeñas cadenas de péptidos y aminoácidos.

Otro aspecto clave es la producción del factor intrínseco, proteína imprescindible para la asimilación de la vitamina B12.

4. La Absorción

Puede producirse en cualquier parte del aparato digestivo, aunque se realiza básicamente en el intestino delgado. Desde la pared intestinal, la mayor parte de los nutrientes se dirige a través de las venas portas, hacía el hígado, menos las grasas que enfilan el camino de las venas subclavias a través de las vías linfáticas.

En la absorción de los nutrientes desempeña un papel clave la flora intestinal. El mantenimiento de la flora intestinal es clave para mantener una buena salud.

Formada por numerosas bacterias que tienen como principales funciones:

  • Contribuir a la digestión
  • Favorecer la asimilación de algunos de los nutrientes que comemos (minerales como el calcio, hierro, magnesio,…)
  • Sintetizar vitaminas (grupo B y vitamina K)

La flora intestinal procede tanto de nuestro propio organismo como de los alimentos que consumimos.

La alteración en nuestra flora intestinal puede ser un motivo del desarrollo de algunas enfermedades y de desórdenes intestinales como:

  • Estreñimiento
  • Diarrea
  • Infecciones
  • Debilidad del sistema inmune
  • Diarrea del viajero
  • Hinchazón de estómago
  • Gases

El mantenimiento de la flora intestinal depende de una alimentación adecuada y un estilo de vida sano. Además, la incorporación de probióticos y prebióticos a tus hábitos de vida es una medida de prevención que ayuda a mejorar, restaurar y mantener la composición de nuestra flora intestinal.

Los probióticos son microorganismos vivos que, administrados en cantidades adecuadas, mejoran nuestra flora intestinal aportando beneficios para nuestra salud.

Los prebióticos son un tipo de fibra que estimulan el crecimiento de la flora intestinal, sirven de alimento a los probióticos.

5. Los Desechos

Cuando la mayor parte de los nutrientes han sido absorbidos en el intestino delgado, los desechos pasan al intestino grueso, donde el organismo va a absorber minerales y líquidos. El resto será conducido por el colon y el recto hasta su expulsión.

La composición de las heces tipo es: una tercera parte está constituida por fibra procedente de la alimentación, otro tercio son células del intestino, las cuales se renuevan vertiginosamente y el tercio restante está constituido por flora intestinal.

Elena Somolinos


Si deseas ser un profesional de la nutrición, empieza estudiando el Técnico en Nutrición, que te permitirá conocer profesionalmente el valor nutricional de los distintos alimentos y adquirirás conocimientos en anatomía, fisiología, fisiopatología y dietoperapia. Podrás además gestionar y promover dietas alimenticias y contribuir con la salud y bienestar de las personas, así como participar en el proceso, desarrollo y promoción de nuevos productos en el mercado, formar parte de la producción y distribución el mismo.

Dejar una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *


*

2 × tres =