Ya hablamos de lo importante de la alimentación durante el embarazo, ahora pasaremos a la siguiente etapa.
La lactancia materna es la mejor forma de alimentar al lactante.
La madre ofrece al recién nacido un alimento adecuado a sus necesidades, la leche materna. La leche materna contiene nutrientes en proporciones adecuadas y que sirve de alimento al recién nacido. Esta situación se alarga durante meses de la vida del recién nacido y obliga a una adecuación de la dieta de la madre lactante para hacer frente y cubrir de forma óptima sus necesidades y las del recién nacido, sin correr riesgo alguno para la salud.
La calidad de los alimentos consumidos por la madre tiene consecuencias directas en el volumen y composición de la leche y sobre su salud y la del lactante.
La alimentación de la madre debe evolucionar paralelamente a las variaciones de los requerimientos nutricionales del lactante, teniendo en cuenta el tipo de lactancia que se lleva a cabo (exclusiva o mixta).
La secreción de leche hace de la lactancia un proceso que aumenta la demanda de nutrientes de la mujer que amamanta debido a que, parte de los nutrientes que obtiene mediante la ingesta habitual, se destinan a la producción de este alimento. La demanda de nutrientes no es homogénea y varía tanto cualitativa como cuantitativamente a lo largo de la lactancia.
Influencia de la dieta en la composición de la leche
La dieta de la madre influye en la cantidad de leche producida y también influye en la composición. Se sabe que la cantidad de ácidos grasos, de selenio, yodo y algunas vitaminas del grupo B de la leche es el fiel reflejo de la cantidad ingerida por la mujer que amamanta. La cantidad de proteínas que contiene la leche puede verse afectada si la madre está desnutrida.
Los demás nutrientes parece que se mantienen constantes y son independientes de la dieta.
La alimentación durante la lactancia debe ser rica en energía, lípidos, proteínas y vitaminas para cubrir las necesidades para la producción de la leche.
Con estos datos se deben establecer pautas dietéticas para una lactancia adecuada.
La leche materna cambia de composición para adaptarse al niño.
La leche materna cambia adaptándose al crecimiento del bebé aportándole en cada momento todos los nutrientes que necesita para su correcto desarrollo. Además, cambia de sabor en función de los alimentos que ingiere la mamá. De este modo el bebé tendrá una más fácil adaptación a los alimentos que, más tarde, complementarán a la leche al haber percibido a través de su madre distintos sabores. Cuando comience a probar nuevos alimentos, será como si en realidad ya recordase esos sabores. Muchos niños muestran gran interés en probar pequeños bocados de la comida de los platos de sus mamás, tan pronto como tienen edad para ello.
La leche materna cambia incluso durante una misma tetada. Es más líquida y ligera al principio para convertirse en espesa y grasa al final. El bebé no necesita ingerir nada más que leche de su madre durante la lactancia. No necesita agua, ni zumos, ni manzanilla… La leche inicial, más aguada, calmará su sed y la leche final, la más grasa calmará su apetito.
Lo que hemos aprendido con este artículo:
¿Qué significa lactancia materna?
¿Por qué es importante la lactancia materna?
¿Qué cantidad de leche materna toma un recién nacido?
¿Qué contiene la leche materna?
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